Aún no es capaz de hablar de la pérdida sin derrumbarse en un profundo llanto. El crimen de Camilo fue brutal.
Ese día, en horas de la madrugada, en el barrio Gaitán de Sabana de Torres, fue atacado por tres sujetos. Lo apuñalaron y lo golpearon con piedras hasta matarlo.
Camilo prestaba el servicio militar en el Batallón del municipio de San Vicente de Chucurí. Por esos días estaba disfrutando un descanso por el juramento de bandera.
“Mi muchacho pidió permiso para venir a compartir con nosotros. Era un joven sano, dedicado a su familia, a sus hermanos”, contó la madre de la víctima, entre sollozos.
¿Cómo ocurrió?
El domingo en la noche, Camilo fue a buscar a su hermano, quien se encontraba departiendo en una gallera.
Cuando iban de regreso a casa, Camilo le dijo que se adelantara que aún tenía un asunto pendiente.
“Mi otro hijo le insistió a Camilo en que se fuera con él pero no hizo caso. Le dijo que tenía que cobrar una plata y que luego los alcanzaba”, contó la progenitora.
Pasada la medianoche, cuando Camilo ya regresaba a casa pero en la penumbra, se le apareció uno de los tipos y le clavó un cuchillazo en el pecho.
Camilo corrió pero el agresor y otros dos cómplices lo persiguieron.
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Las fuerzas de Camilo se extinguieron en un parqueadero. No tuvo aliento para correr más.
No suficiente con verlo malherido, los tipos, identificados como Víctor José Gelvez Salina, Wilson Arley Morales Rueda y Jader Alexis Martínez, lo terminaron de matar a punta de piedra.
Un golpe contundente en la cabeza le provocó la muerte a Camilo.
Cuando lo llevaron al hospital ya no había nada que hacer.
Sus asesinos fueron capturados en flagrancia con las pruebas suficientes para que un juez de la Fiscalía los enviara de inmediato a prisión.
¿Por qué lo mataron?
Las razones de semejante hecho atroz aún no son esclarecidad oficialmente. Los capturados dijeron que lo hicieron por robarlo.
Pero para Jhoana, se trató de un acto despiadado que no tiene justificación ni perdón.
“Le tenían rabia, le querían hacer daño y él no se metía con nadie. Una de las madres de los asesinos tuvo el descaro de ir al entierro y pedirme que le quitara la demanda a su hijo. Me lo mataron, no se merecen más esos miserables”, expresó la desconsolada mujer.