La pequeña Jacksieli Padrino Hernández lo que tiene son buenos padres. Hasta que ella nació hace 4 años, no querían irse de su natal Venezuela, pero dos meses después de su nacimiento, esa fue la opción N°1 para que su hija pudiera sobrevivir.
Y es que al conocer que su niña padecía una cardiopatía conocida como transposición de grandes arterias, quisieron venirse para que ella recibiera la atención médica necesaria y no padecer por la falta de ella en el hermano país.
“Como en Venezuela se acabó todo, la niña quedó en una lista de espera que nunca llegó y además tenía controles cada 6 meses.
“Cuando llegamos a Colombia le dio una gripa, la llevé al Hospital de Piedecuesta y los médicos me dijeron que ella necesitaba la cirugía súper urgente, entonces, la llevé a la casa, empecé a hacer las vueltas del permiso para poderla afiliar a una EPS y conocí un abogado que me quería ayudar”, contó Joelis Hernández, madre de la menor, sin embargo, todo cambió y después de un año de esperar que la ayuda legal funcionara, nada se pudo lograr y el abogado “se perdió del mapa”.
Fue un año tocando puertas en diferentes entidades y esperando que su niña fuera atendida, pero luego llegó la pandemia, lo que por el miedo la obligó a encerrarse y a confiarse de que su amada hija siguiera respondiendo a los medicamentos.
Pero hasta hace unos pocos días todo cambió, a Jacksieli le dio una crisis de hipoxia (que se caracteriza por falta de oxígeno), con la que la niña se puso morada y entró en shock, así que les tocó llevarla de urgencia al Hospital de Piedecuesta donde la estabilizaron y buscando remitirla a otro centro médico de mayor complejidad, así es como llegan a la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV).
“El susto fue horrible, salí corriendo de la casa, ella estuvo en shock más de una hora.
“A los 4 días comienzan la remisión porque no podían atender la cardiopatía ahí, ninguno me la quiso recibir porque la niña no tenía seguro, la doctora dijo que iban a hacer un paseo, la montaron en una ambulancia y nos paramos en la FCV de primera, nos atendió una doctora y nos dijo que esperáramos y a la hora nos dijo que la atendían ahí porque la niña estaba grave. Eso fue el 26 de marzo”, dijo Hernández.
Desde ese día, la pequeña está en UCI y su mamá y papá se turnan para estar con ella. Quieren pasar cada momento a su lado mientras está en ese estado, pues al hacerle exámenes para determinar si podían operarla de la cardiopatía, se descubrió que tiene un tumor en el cerebro y entró en tratamiento para reducirlo o deberá ser operada primero de eso.
Por tal razón, la súplica de estos padres es que a su hija la afilien a una EPS, ya que les dijeron que sin eso, no la van a operar.
“Quiero que me afilien a un seguro, sin la atención, la niña se me muere”. Además, eso no es lo único que los trasnocha, debido a su deseo de estar con Jacksieli en todo momento, quieren acudir también a los buenos corazones santandereanos que los deseen apoyar.
“Todos los días tenemos que pensar en dónde quedarnos, por eso yo le diría a todos que me colaboren con mi bebé, les habla una madre desesperada que lo único que quiere es que su hija se sane y que quiere estar cerca de ella. Con lo que sea que me puedan ayudar, se los agradeceré”, sentenció.