Ante el valioso descenso de la cuarta ola de contagios del COVID-19, que ha redundado no solo en la disminución del virus sino también en una relativa desocupación de las camas UCI, algunos consideran que el uso del tapabocas debería dejar de ser obligatorio.
Y si bien el propio mandatario de los colombianos, Iván Duque, ha descartado la idea de levantar esta medida, son muchos los que hoy proponen que no se exija más el uso de tal cubierta, considerada durante los últimos dos años como una medida para frenar la propagación del virus.
En el caso de Bucaramanga, la propuesta surgió a raíz del alto porcentaje de gente que hoy está vacunada en la ciudad. Incluso muchos citan las medidas que se han tomado en otras partes del mundo, como por ejemplo Nueva York, en donde se acaba de levantar la obligación de usar tapabocas en lugares cerrados.
Para el caso de la capital santandereana, según lo expresó el propio alcalde de la ciudad, Juan Carlos Cárdenas Rey, “el 96% de los bumangueses tiene la primera dosis contra el virus y solo el 18% de los ciudadanos no cuenta con el esquema completo”.
Si bien las cifras dan un parte de tranquilidad, el Jefe del Gobierno Local es enfático en asegurar que, “es importante no bajar la guardia. Es cierto que Bucaramanga tiene una gran inmunidad colectiva, pero nos debemos seguir cuidando y el tapabocas es una buena herramienta para ello”.
Cárdenas Rey dijo que “se ha logrado mantener la reactivación económica demostrando indicadores favorables que mantienen la ciudad lejos de un confinamiento”.