Ella y su esposo José Gregorio Vargas no tendrían mucho de haber llegado a vivir a la carrera 6BE con calle 37 del barrio La Cumbre, pero en aquella cuadra nunca serán olvidados luego de esta muerte.
Hasta donde se sabe, hacia las 6:40 de la tarde el hombre habría acudido a los policías del cuadrante en busca de ayuda, luego de ingresar a su lugar de residencia y encontrar a su mujer tendida en el piso y sin signos vitales.
Estaba bocarriba, junto a una mecedora y vistiendo una licra y un top negros, además de un par de zapatos de goma del mismo color.
Bajo su cabeza había una mancha de sangre que resaltaba en la baldosa blanca, al parecer de una herida que se hizo al desplomarse y golpearse contra el suelo.
Rato después, cuando los vecinos percibieron la entrada y salida de varios uniformados junto al personal de levantamientos del CTI de la Fiscalía, una versión ‘corrió’ hablando de un presunto homicidio.
Sin embargo, las evidencias en el lugar habrían indicado la hipótesis de que Victoria – quien se encontraría desempleada y no tendría hijos – había ingerido una sustancia tóxica para no vivir más.
En sus declaraciones, José Gregorio les habría explicado a las autoridades que su esposa usaba medicamentos antidepresivos y que recientemente le habría expresado deseos de muerte… que se hicieron realidad al estar en soledad.