La denuncia dada a conocer por la Organización Nacional Indígena de Colombia, Onic, expone, además, que hay un número indeterminado de desparecidos.
Por estos hechos se generó el desplazamiento de 35 familias indígenas, que representan un censo de 120 personas afectadas entre hombres, mujeres, jóvenes y niños.
Se sabe que los desplazados llegaron este martes hasta la cabecera municipal de Leguízamo, en Putumayo.
Según la Onic, entre las víctimas de este desplazamiento forzoso se encuentran autoridades políticas y ancestrales, “dejando a la comunidad y su territorio desocupado, desprotegido y abandonado”.
En la denuncia de esta organización detallan que los cuerpos de los masacrados permanecen en la comunidad sin que se realice el respectivo levantamiento y, por tanto, alertaron por el posible brote de riesgos sanitarios.
Esta comunidad, que hace parte de los Murui Muina, pidió respeto por sus territorios ancestrales y rogó por atención humanitaria para que se brinde atención a las víctimas y se active la ruta de retorno integral de los desplazados.