Como David Fuller, de 67 años, fue identificado el capturado, quien afirmó haber estrangulado a Wendy Knell de 25 años, y a Caroline Pierce, de 20, en Kent, sureste de Inglaterra en 1987.
Al allanar su casa, la Policía descubrió que se grabó a sí mismo realizando los ataques en los dos depósitos de cadáveres donde había sido empleado en 1989.
Fue acusado de los delitos de penetración sexual de un cadáver, poseer imagen pornográfica que involucre interferencia sexual con un cadáver y tomar fotografías indecentes de niños.
Las autoridades confirmaron que las evidencias halladas se remontan a 2008, época en que los dispositivos de cámaras digitales se estaban generalizando. A su vez, la Policía cree que es posible que no se conozca la verdadera magnitud del delito de Fuller.
El secretario de Salud, Sajid Javid, quien prometió una investigación pública independiente sobre el caso, lo calificó de «profundamente angustiante».
«Si bien nada puede reparar el daño que se ha hecho, hoy David Fuller ha comparecido ante la justicia por sus crímenes atroces», agregó.
«Estamos tomando medidas para asegurarnos de que nada como esto vuelva a suceder».
Miles Scott, director ejecutivo de Maidstone y Tunbridge Wells NHS Trust, dijo en un comunicado: «Me gustaría disculparme una vez más por el daño que se ha causado a las familias como resultado de estos espantosos crímenes».
