Pero la amenaza estaba al acecho y según el relato de una persona en el sector, cuando los uniformados se apartaron desde aquella carrera 9 Occidente con calle 29, en su correspondiente ronda hacia el CAI, la muerte hizo su aparición.
Habrían sido apenas instantes los que pasaron luego de la partida de la patrulla, cuando una seguidilla de disparos les heló la sangre a los habitantes hacia las 9:35 p.m.
Las primeras versiones hablan de un hombre, quien se movilizaba en motocicleta y que con fiereza levantó un arma de fuego para atravesar a dos víctimas: Luis Fernando Angulo Rodríguez de 29 años y Juan Gabriel Arenas Villamizar.
El homicida iba en moto.
No hubo ningún insulto ni advertencia de nada, solo les apuntó y jaló el gatillo una y otra vez. Luego, aceleró en su vehículo y desapareció, dejando a los heridos en un andén.
Las personas que estaban cerca comenzaron a pedir auxilio, quizá pensaron en llamar a alguna ambulancia, pero el estado de los víctimas, en especial el de Luis Fernando con cuatro lesiones en su humanidad, era crítico.
Sin mucho que pensar, los testigos escogieron tomar un taxi para llevárselos más rápido hasta el Hospital Universitario de Santander, HUS. Pero ni toda la prisa del mundo evitó que los tiros en el cuerpo de Angulo Rodríguez lo dejaran sin aliento antes de arribar.
Por su parte, Juan Gabriel, quien habría recibido un disparo en la cara, resistió para ser ayudado por los galenos y al parecer se encuentra en recuperación.