Fue necesario que pasara el tiempo y su cuerpo comenzara la descomposición habitual de los difuntos, para que el fétido olor alertara sobre lo ocurrido a las personas del establecimiento ubicado en la calle 33 con carrera 20 del Centro.
Medina Fonseca, de aproximados 50 años, oriundo de Tunja llevaba cerca de dos días sin asomarse a la calle y para cuando los uniformados de la Policía así como del CTI hicieron presencia el jueves hacia las 8:00 de la noche, el hedor era penetrante.
Aquel ‘cascarón’ sin alma fue revisado en busca de alguna herida, una marca o un indicio del mal que habría obrado en su contra. Sin embargo, al final un médico habría certificado que causas naturales determinaron el destino que nos espera a todos: la muerte.