Los más de $41 mil millones que inicialmente se destinaron para la repavimentación de la doble calzada entre Bucaramanga y el aeropuerto Palonegro no alcanzaron y, según la administración departamental, se tuvieron que adicionar más de $12 mil millones para culminar los trabajos contemplados.
Hay desconfianza en la ciudadanía. Esta millonaria adición presupuestal elevó el costo del proyecto a $54 mil millones aproximadamente, y a la fecha no hay explicaciones de fondo por parte de las autoridades.
Uno de los hechos que generó suspicacia tiene que ver con la intervención de andenes, que habían sido renovados recientemente pero que por estos días de forma inexplicable son retirados de nuevo y constituyen otra vez un frente de obras.
“No hay justificación”, advierte la comunidad.
Tal repavimentación se puso en marcha desde julio de 2019, cuando formalmente se firmó la orden de inicio de las obras. El plazo fue de siete meses para culminar las labores. A pesar de que ya transcurrieron más de dos años desde que se firmó este contrato, todavía quedan varios trabajos pendientes.
De acuerdo con lo afirmado a Q´hubo desde el Instituto Financiero para el Desarrollo de Santander, Idesan, entidad contratante, aún están pendientes alrededor del 10% de las tareas programadas y se espera que hacia finales del presente año estén culminadas a cabalidad las renovaciones y mejoras.
“24 meses de retraso”
“Entre el puente El Bueno, en Bucaramanga, y el puente Flandes, en Girón están levantando otra vez todos los andenes que habían acabado de construir. Al parecer pasaron por alto la instalación de las losas especiales para los desplazamientos de la población con discapacidad. Es algo grave, puede configurar un daño fiscal”, manifestó un conductor que a diario transita entre ambos municipios.
Gustavo Pinilla, veedor gironés y quien ha hecho seguimiento a estas obras desde el inicio, señaló que “levantaron todos los andenes enteros, los rompieron otra vez por completo, vienen desde Bucaramanga y ya están en el tramo de Cenfer. Tremenda botadera de dinero. Cuál era la necesidad de volverlos a intervenir. Ya vamos para tres años de estar sufriendo estos trancones.
“La obra lleva 24 meses de retraso y su costo pasó a $54.120 millones. La obra la ejecuta el Consorcio Vías Aeropuerto 2019, representado por Orlando Javier Sanabria Mejía, el mismo de la Unión Temporal Megapaz que fue detenido por incumplir con la construcción del megacolegio en Paz de Ariporo (Casanare), contrato que ascendió a los $9.500 millones”, denunció Pinilla.
El 28 de junio de 2019 el Idesan y el Consorcio Vías Aeropuerto 2019 firmaron el contrato de obra número J-100 de 2019, por $41.444 millones. Quien figura como representante legal de dicho consorcio es Orlando Javier Sanabria Mejía.
Esta redacción intentó obtener un pronunciamiento por parte del contratista, sin embargo, desde su despacho no se produjo ningún comunicado hasta el cierre de la presente edición.
El 15 de noviembre de 2017 la Fiscalía General de la Nación reportó la detención de Orlando Javier Sanabria Mejía, quien fue representante legal de la Unión Temporal Megapaz, debido a “presuntas anomalías en el contrato 0210 de 2011 suscrito entre la Gobernación de Casanare y la Unión Temporal Megapaz para la construcción de un megacolegio en Paz de Ariporo (Casanare).
“Cuatro personas fueron capturadas y presentadas en audiencia de control de garantías. La Fiscalía les imputó cargos por peculado por apropiación en favor de terceros, celebración de contratos sin cumplimiento de requisitos legales, prevaricato por omisión y peculado por apropiación”, agrega el boletín difundido por el organismo de control.
Sobre los más de $12 mil millones adicionados en el Contrato J-100 de 2019, el Idesan ha argumentado que se debió a la actualización de “algunos aspectos de diseño”. Otro argumento presentado, sin mayores detalles, tiene relación con el incremento en el valor de los materiales de construcción durante la pandemia.
Tratamos de conseguir el concepto por parte de la interventoría de estas obras, pero Miguel Fernando Quiros Gómez, quien figura y se identificó como representante del Consorcio Rehabilitación Vial Bucaramanga, respondió que los informes o declaraciones las entrega a través de Idesan.
Es pertinente precisar que se destinaron alrededor de $2.616 millones para hacer la interventoría de estos trabajos, y que tal función está bajo responsabilidad del Consorcio Rehabilitación Vial Bucaramanga.
¿Qué pasó con los andenes?
“En el marco del Contrato J-100 de 2019 hubo la necesidad de reparar andenes. Cuando se hizo el realce de la estructura de pavimento de la vía tocó realzar los sardineles, y por ende reparar el andén. Con posterioridad un falló de una acción popular exigió hacerlos con losas táctiles. Después de hablar con la Secretaría de Planeación se tomó la decisión de adecuarlos para que fueran convenientes para el tránsito de las personas que tienen disminución visual”.
En 2013 la Norma Técnica Colombiana, NTC 6047, estableció una serie de regulaciones para la accesibilidad de la población con discapacidad, entre ellas la construcción de andenes con piso táctil.
El Contrato J-100 de 2019 se formuló hace cerca de tres años. Es decir, ya existía dicha normativa sobre andenes. Entonces ¿por qué no se contempló la instalación de losas con tales especificaciones?
“Este proyecto no es una obra nueva, es la rehabilitación de la calzada existente, de la parte de rodadura de la vía. Lo que hicimos fue reparar los andenes que se encontraban en mal estado. Estos andenes son provisionales, de acuerdo a lo estipulado en el Plan de Ordenamiento Territorial, porque el perfil vial en ese tramo tiene contemplado que donde están ubicados los andenes se adecuen franjas ambientales”, argumentó el vocero de Idesan.