Dos sujetos madrugaron a hacer ‘ronda’ en motocicleta por las calles del barrio La Victoria, en busca de víctimas a quienes despojar de sus pertenencias.
Eran las 5:20 de la mañana y, al parecer, ya habrían robado a varias personas.
Quizá pensaron que saldrían invictos, pero todo cambió cuando se metieron con quien no debían: Un hombre que iba acompañado de su escolta.
Con un arma traumática los pillos los intimidaron para asaltarlos, pero el escolta reaccionó, desenfundó su arma (esta sí de verdad) y sin dudarlo jaló el gatillo a diestra y siniestra.
Los ‘pillos’ emprendieron la huida en la motocicleta, pero la velocidad no les alcanzó para evitar que el parrillero fuera blanco de la puntería de aquel ‘protector’. Todas las balas lo impactaron.
El compinche lo dejó a su suerte
Unos metros más adelante, sobre la carrera 17 con calle 65, se cayó de la máquina y su cómplice no se detuvo a ayudarlo, siguió la marcha porque esa es la ley del hampa: “el que perdió, se quedó”.
Aún así, patrulleros de la Policía lo auxiliaron y lo trasladaron al Hospital Universitario de Santander, HUS, pero no tuvo salvación.
Sufrió heridas letales en la espalda, pecho, abdomen y un glúteo. Falleció a los pocos minutos de ingresado al centro hospitalario.
En el lugar hicieron presencia Policía y funcionarios del CTI de la Fiscalía para recopilar las pruebas que quedaron dispersas por la carretera cuando el hombre cayó de la moto.
Recogieron el arma traumática y un canguro que contenía dos celulares y varios documentos de identidad. Varias personas atestiguaron que también habían sido víctimas de los sujetos motorizados, a quienes el acento ubicaba de otra nacionalidad.
Sin embargo, la identidad del baleado aún no ha sido esclarecida por las autoridades.
Su cuerpo fue trasladado a Medicina Legal para su inspección forense y confirmar de quién se trataba.