La incertidumbre y el dolor marcaron las últimas 48 horas de la familia de Edien Toscano, en medio de una lucha para demostrar su inocencia tras ser capturado y señalado como uno de los implicados en el robo a la empresa de oro en El Poblado.
Desde entonces, han mantenido la misma versión: Edien estaba en Servientrega averiguando por una encomienda de su trabajo que debía recibir, cuando salió en medio del caos generado por el atraco y fue detenido por error. Incluso su motocicleta, que dejó parqueada a algunos metros del sitio, se quedó allí, sola, hasta que un familiar la fue a recoger horas después.
La aparición de su rostro en medios de comunicación y redes sociales como uno de los integrantes de la estructura ilegal devastó a la familia y a los conocidos más cercanos que siempre confiaron en que él nada tenía que ver. Y llegaron también las miradas acusadoras de vecinos del barrio y juicios de valor que solo ahondaron su dolor.
Por eso, ahora que se probó que su detención se trató de un error, seguirán unidos para limpiar el nombre y la reputación del hombre que califican como una buena persona, incapaz de participar en un hecho así.
Edien Toscano nació en Coveñas (Sucre), pero se vino a vivir a Medellín hace más de dos décadas. Fue aquí, en la capital antioqueña, donde conoció a la que hoy es su esposa, quien ya tenía un hijo: Jorge Andrés Restrepo, y con quienes formó una familia que lleva junta casi más de 20 años.
Jorge Andrés, quien es profesor, cuenta que desde el principio lo acogió como su hijo propio y que solo tiene recuerdos del amor que siempre les brindó: “Él no tiene hijos, el único hijo de él soy yo como hijastro. Siempre estuvo ahí, es una excelente persona, siempre recuerdo que compartíamos mucho como familia, es una persona sumamente amplia, amorosa y entregada”. Ese mismo amor se lo ha brindado a los dos hijos de Jorge Andrés, sus nietos adorados.
Edien también ha sido siempre un hombre trabajador que hoy tiene, con otros socios, un negocio de reparación y mantenimiento de lavadoras. Una labor que combina con su pasión por el sóftbol, un deporte que practica en un club con algunos amigos.
Tras comprobarse su inocencia, la familia todavía siente dolor y tristeza, pero también los acompaña la tranquilidad de que Edien regresará a su casa y no tendrá que dormir más en una estación de policía, donde nunca debió estar.