El pasado 10 de marzo Javier Andrés Acevedo Páez a quien llamaban “El Gato”, encaró la muerte. Fue atacado a tiros por un sicario en el barrio Santa Fe de Floridablanca. De aquella sarta de disparos, cuatro proyectiles lo impactaron en el cuello y el estómago.
Agonizaba, lo daban por muerto, pero lo llevaron a la Clínica Bucaramanga donde lo sometieron a una delicada cirugía que le salvó la vida por el momento. “Gato” sobrevivió.
Siete meses después es víctima de las balas, pero esta vez no corrió con la misma suerte.
El sábado, hacia las 8:45 se escucharon 6 detonaciones en el sector de Campo Madrid.
Cuando cesó el tiroteo, algunos vecinos salieron a asomarse por los alrededores del parqueadero a ver qué había ocurrido, entre ellos Laudelina Páez Trigos, la mamá de Javier.
Ella vio cuando unos sujetos cargaban a su hijo y lo sacaban hasta la calle principal, lo montaban a un taxi y lo llevaban al Hospital del Norte.
A “Gato” le propinaron tres balazos en la espalda y otro en el pecho. Solo una de la heridas tenía orificio de entrada y salida.
Pero en la carrera contra la muerte por llevar a tiempo a Javier para que fuera atendido, fue en vano. Llegó al centro hospitalario sin signos vitales.
¿Qué ocurrió?
Nadie habló sobre qué estaba haciendo “Gato” en ese momento, si estaba solo o acompañado. Lo cierto es que lo atacaron por la espalda cuando se encontraba en un pastizal, a un costado del parqueadero de Café Madrid.
Sobre el atentado en Floridablanca, las autoridades señalaron que habría sido en ajuste de cuentas entre bandas de microtráfico. No sabe si serían los mimos motivos por los que querían ultimarlo este vez, pero el pistolero se encargó de cumplir su cometido. “Gato” no sobrevivió.
En los reportes judiciales, Javier tiene 4 anotacione spor fuga de presos, violencia intrafamiliar, tráfico de estupefacientes y otra por porte ilegal de armas de fuego. Al parecer, tenía medida de detención domiciliaria.