La historia habría ocurrido en Italia. El sacerdote Francesco Spagnesi, de 40 años de edad y perteneciente a la diócesis de la ciudad de Prato, fue capturado por presunto tráfico e importación de estupefacientes.
De acuerdo con medios de comunicación locales, la droga la compraba con dinero obtenido de las limosnas y la utilizaba, principalmente, para sostener encuentros sexuales. Al parecer, el sacerdote organizaba constantemente fiestas con personas que conocía en páginas de internet.
A estas habrían alcanzado a asistir al menos 200 personas, entre empresarios, médicos, gerentes y demás altos ejecutivos, todo financiado presuntamente con el dinero que los feligreses entregaban para que fuera destinado en beneficio de los más pobres.
La investigación también da cuenta que en las orgías también participaba su pareja, identificado como Alessio Regina. El caso abrió una polémica en el país europeo y generó consternación entre más de un feligrés.
Por su parte, el obispo de la ciudad, Giovanni Nerbini, manifestó estar con “dolor y consternación” por lo sucedido, pero aceptó que el pasado mes de abril, el sacerdote le confesó que había consumido drogas. En esa oportunidad, el obispo le recomendó que visitara un psicoterapeuta.