Elevar plegarias y alabar no tiene nada de malo. Pero sí se convierte en una molestia cuando interrumpe la tranquilidad de los habitantes que le rodean.
Esta problemática la viven los residentes del barrio Malpaso, en Girón, quienes denuncian que desde hace varias semanas un templo realiza sus celebraciones religiosas con volumen excesivo y no les ha dado tregua para descansar.
Tal ha sido la molestia, que este fin de semana se hizo viral un vídeo en el que una líder del barrio, colapsada emocionalmente por la situación, tira furiosa una gran piedra en el portón del templo pidiendo a gritos que “respeten a los vecinos”. En dicho vídeo, la mujer grita “no vienen a solucionarnos. Estoy luchando por una comunidad que está mamada de ese ruido”.
La publicación se realizó por Twitter y los usuarios de la red social criticaron el actuar de la mujer señalándola de intolerante. No obstante, parte de la comunidad comprendió la actitud de la protagonista, ya que según manifestaron: “nos tienen cansados”.
¿Qué pasa?
Q’hubo se comunicó con la mujer que protagoniza el vídeo y dio las explicaciones al respecto.
“Ellos están invadiendo terrenos de la AMB y por aquí no pueden funcionar este tipo de establecimientos en zona residencial. Esa noche -en la que ocurrió el altercado- estaban en una ‘gritería’ tan terrible, que la gente venía y me pedía que los ayudara porque ese ruido es invivible. Yo fui al templo y en medio de la discusión, un tipo de la iglesia intentó pegarme. Sin embargo, la Policía me metió dos comparendos a mí”, dijo.
Sobre el haber lanzado la piedra y sus gritos desesperados, la mujer aseguró que “me salí de la ropa y he pagado carísimo. Yo sé que como líder debo dar ejemplo, pero cuando uno se cansa, no mide consecuencias”.
Según lo precisado por ella, “los de la iglesia fueron los que se encargaron de hacer viral el vídeo y eso ya se convirtió en una amenaza para mí”.
¿Y las autoridades?
Buscando conocer qué medidas tomará la administración municipal para mediar entre la comunidad y dicho establecimiento religioso, Q’hubo intentó contactar a la Secretaría de Seguridad y Convivencia Ciudadana, pero no respondieron al llamado.
Finalmente, algunos vecinos aclararon que no se oponen al funcionamiento del templo, sino que piden a sus encargados que “realicen sus alabanzas con un volumen más bajo. Todos tienen derecho a alabar a Dios y eso es libertad de culto, pero que no interrumpan la tranquilidad de la comunidad”.
