Las jornadas académicas son un ‘dolor de cabeza’ cuando no se cuenta con las herramientas necesarias para desarrollarlas. Así les ha ocurrido a los padres de familia residentes en la vereda Guatiguará, en Piedecuesta, quienes en este regreso a clases suplican que los apoyen con herramientas electrónicas para que sus hijos puedan recibir clases y hacer sus tareas con tranquilidad.
Sandra Milena Rojas, madre de un niño de 10 años que estudia en la escuela de esta zona rural, manifestó que la educación en virtualidad ha sido complicada y que han logrado sacar el año escolar en medio de dificultades.
“Mi hijo está en sexto grado y por ahora no ha regresado a la alternancia. Para las clases nos queda muy difícil porque todo es con plataforma. Los profesores le han enviado al niño, por medio de mi celular las tareas, pero es un equipo de gama baja y no tiene casi memoria para subir archivos a la página. No permiten fotos, sino documentos en PDF y mi celular no sirve para eso. No tenemos computador ni nada porque mi esposo trabaja lejos y no contamos con los recursos para comprar algo así”, dijo.
Guías de papel
Aunque los docentes les han vendido fotocopias para desarrollar las actividades, la mujer asegura que hay temas complejos que requieren explicación y la conexión a internet es muy débil para realizar las videollamadas con ellos.
Por tal razón, y en nombre de más acudientes que están pasando por esta misma situación, Sandra hace un llamado al gobierno local para que den una mirada a este sector y apoyen a las comunidades rurales con herramientas como computadores, celulares, tablets y conexión a internet. “No solo es mi hijo, son muchos más compañeros. Aquí hay mucho niño que necesita aparatos. Ven clases ‘a medias’ porque aunque compren las guías, necesitamos que el profesor nos explique”.