Aunque para algunos el ‘rebusque’ ha sido una muy buena salida para solventar los problemas económicos producidos por la emergencia sanitaria, para otros, terminó por ser un golpe a sus ingresos. Esto ocurre hoy en el sector gastronómico, en donde muchos restaurantes constituidos legalmente y con muchos años en pie, se vieron afectados por la creación de las ‘cocinas ocultas ilegales’ que han seguido operando sin restricciones ni control alguno.
De esta situación dan testimonio los agremiados de Acodres, la Asociación de la Industria Gastronómica, Capítulo Santander, quienes detallaron cómo los ha afectado estos negocios de competencia “desleal” que se duplicaron en la temporada de aislamiento.
Diana Tabares, presidenta de la Asociación, precisó que “nuestra posición frente al tema siempre va a ser de preocupación. Primero, porque es una competencia desleal, es imposible competir con precios y producto.
“Cumplir con toda la normatividad, como de la Dian, Cámara de Comercio, y todo lo requerido para funcionar, trae una inversión permanente, y competir con quienes no llevan esto lo convierte en competencia desleal. También hay que precisar que este tipo de cocinas no tienen la supervisión de las Secretarías de Salud porque no son visibles. Más allá de un tema económico, es también de salud pública”, dijo Tabares.
Hasta la quiebra
Según datos suministrados por Rafael Mendoza, miembro de la Junta Directiva de Acodres y empresario del sector gastronómico en Santander, antes de la pandemia en Bucaramanga y su área metropolitana había más de 6 mil restaurantes registrados. Hoy la cifra no supera los 4 mil.
“No solo por el tema de las cocinas, sino por el encierro, muchos tuvieron que cerrar sus negocios. Incluso sabemos que hay muchas personas que alguna vez tuvieron restaurante y luego pasaron a ser informales por la situación. Si bien es cierto que estas cocinas también aportan a la economía, el gobierno debe ayudarlos; se necesita más empleo y que la competencia sea más sana”, agregó al empresario.
Finalmente, el gremio hizo un llamado a las autoridades para que se controlen estos espacios que en algunas oportunidades carecen de lineamientos, buenas prácticas de manipulación y hasta fomentan la precarización laboral.
