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En Socorro, Santander, una mujer venezolana murió en medio de una riña

Dayana Katerina Jiménez de 39 años, fue acuchillada sin compasión por un supuesto ajuste de cuentes pasional.

Un atroz crimen pasional manchó de sangre las calles de San Victorino en El Socorro.


Allí, Dayana Katerina Jiménez, una venezolana de 39 años, fue acuchillada sin compasión por un supuesto ajuste de cuentes pasional.


Ocurrió el jueves sobre las 6:30 de la tarde. Otras dos jóvenes de 20 y 21 años serían las presuntas homicidas.

El epílogo de muerte de Katerina es confuso, pero muchas versiones coinciden en que la causal sería la rencilla por el amor de un hombre.


Katerina estaba sentada en una banca en el Centro del pueblo cuando fue asediada por dos mujeres poseídas por la ira.

Dayana Katerina Jímenez, de 39 años, vivía en el barrio La Libertad en El Socorro./Foto: Suministrada.


Una de ellas sacó un cuchillo y sin contemplación ni reparo la apuñaló por la espalda.


Otros afirman que se desató una riña, que las tres empezaron a discutir y en la afrenta, las dos recién llegadas atacaron a golpes a Dayana quien intentó defenderse pero le propinaron las cuchilladas en el cuello, un brazo y el estómago.


Quedó tendida en el piso. Su sangre se desbordaba por la carretera, se ahogaba en su propia muerte.

La Policía alcanzó a llegar en el estertor de la partida, porque a pesar del rescate oportuno al Hospital Regional Manuela Beltrán solo llegaron sus despojos.


Las puñaleras se dieron a la fuga, corrieron casi dos cuadras pero la comunidad no les quitaba el ojo de encima para coordinar y señalarle a la Policía por dónde iban; hasta que las rodearon cuando pretendían esconderse en un garaje.

Estaban tan enfurecidas, que también arremetieron contra los uniformados.


Pero las esposaron y las dejaron a disposición de la Fiscalía donde ahora deben responder por homicidio; aunque ya tenían su propio ‘pensum’ por hurto agravado y calificado.

De acuerdo con las autoridades, las presuntas homicidas tenían antecedentes de hurto agravado./Foto: Suministrada.

Regresó por la muerte
Un allegado dijo que Dayana vivió un tiempo en el pueblo comunero pero regresó a Venezuela.


En la distancia inició una relación sentimental con el que sería la ex pareja de una de las jóvenes que la asesinó. “La pelada estaba ardida porque la habían cambiado por la venezolana, cobró venganza”, dijo bajo reserva.
Dayana vivía en el barrio La Libertad del Socorro junto a su pareja y suegra.


Irónicamente, lo que menos tuvo fue libertad para amar, para entregarse a esa pasión cafetera que la hizo retornar de la tierra del Libertador, para morir a mano de dos comuneras furiosas.

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