Ardila Duarte, excandidato a la Alcaldía de Bucaramanga en el año 2000, fue uno de los empresarios más influyentes de nuestro Departamento.
Nació en Bucaramanga, con ancestros de Zapatoca y San Gil, y se graduó el colegio San Pedro.
Fundó la compañía Distribuidora Rayco, en donde trabajó como presidente y se convirtió en uno de los principales importadores de electrodomésticos a nivel nacional.
También se desempeñó en proyectos de construcción y del sector agrícola, entre otros. Fue uno de los artífices del Centro Comercial La Florida, en Cañaveral.
De su formación académica se destacan los estudios de Economía en la Universidad Pontificia Universidad Javeriana y una especialización en Alta Gerencia en la Universidad de los Andes.
Fue un hombre que brilló por su transparencia, por su rectitud y por liderar importantes iniciativas en favor de nuestro departamento.
Sus principios y valores le hicieron ganar un prestigio de una persona seria, responsable y comprometido con su tierra. Solía decir que “ser honesto es el mayor activo de cualquier empresa y que la palabra siempre se debe honrar”.
Era franco, respetuoso y siempre honró el valor de la palabra: «Cuando la gente sabe que uno paga las cuentas, que honra su actuar y que no se está con ‘curvas ni jugadas’, todo el mundo le ofrece la posibilidad de asociarse o de hacer negocios. Ese es el camino más recto», dijo alguna vez en una de sus exposiciones ante empresarios de la región y del mundo.
Hizo parte de varias juntas directivas, entre ellas de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab.
Desde la sala de Redacción enviamos nuestra más sentidas condolencias a su esposa Nancy Arenas, sus hijos y demás familiares y amigos.