Los familiares de Ramiro Fernando Sánchez Mantilla, el hombre asesinado el miércoles 5 de febrero en la calle 45 de Bucaramanga, tomaron la decisión de darle cristiana sepultura en el municipio de Oiba, Santander, de donde era oriundo.
Sus honras fúnebres se realizarán el próximo 8 de febrero. Familiares destinaron como sala de velación la funeraria Horizon en Bucaramanga. Allí permanecerán hasta las 2:00 de la tarde. Posteriormente, su cuerpo será trasladado a su lugar de origen.
Sus seres queridos solicitan ante las autoridades esclarecer la muerte de Ramiro Fernando, que aún sigue siendo un misterio. Sobretodo porque no hay certezas ni grabaciones que confirmen el sitio exacto en donde el hombre, de 39 años, fue atacado a cuchillo.
De hecho, los únicos registros en cámaras de seguridad solo captaron a Sánchez Mantilla movilizándose en su motocicleta Pulsar 180, de placas MSC-29, por la calle 45 con carrera 10, occidente del barrio Campo Hermoso de Bucaramanga, a las 3:00 de la tarde del pasado miércoles 5 de febrero.
Esclarecer este suceso se ha convertido en un reto para las autoridades. Las primeras versiones indican que Sánchez Mantilla transitó varios metros herido. Al parecer, un sujeto habría arremetido contra él en el sector de Chimitá. Él habría optado por continuar su camino en su motocicleta y buscar ayuda médica.
¿Se trató de un hurto? Hablan los familiares de Ramiro Fernando Sánchez
Familiares de Ramiro le contaron a Vanguardia que él había salido de su vivienda en Girón, sobre la 1:00 p.m., para dirigirse a su trabajo en Homecenter, ubicado en la carrera 21 con calle 45.
La hipótesis que más cobra fuerza para las autoridades es que Sánchez Mantilla fue víctima de un intento de hurto que terminó en una lesión mortal. En ese sentido, a Ramiro lo venían persiguiendo hasta que, en un punto, que aún falta por establecer, fue atacado en medio de un forcejeo. Sin embargo, este caso aún continúa en investigación.
“No sabemos mucho. Lo único que nos han dicho es que siguen recopilando información de cámaras de seguridad. Ya existe un fiscal para el caso. Lo que queremos es que haya justicia y poder saber qué fue lo que le pasó”, dijo uno de sus seres queridos.
Fercho, como le decían de cariño, era el menor de sus hermanos. Aunque vivía en Bucaramanga, era oriundo de Oiba, Santander.
