Los ciudadanos de EE.UU. están llamados a las urnas el martes 5 de noviembre para elegir entre el expresidente republicano Donald Trump (2017-2021) o la candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris.
Recientemente, el centro de pensamiento Brookings Institution de Washington destacó que la falta de confianza que se ha ido generando en el país desde que Trump perdió las pasadas elecciones ante el demócrata Joe Biden, asegurando falsamente que hubo fraude electoral, podría hacer temblar los cimientos del sistema.
“Más de un tercio, tal vez la mitad de nuestros compatriotas no tienen fe en nuestras elecciones. Eso es un enorme problema a largo plazo. En realidad es un problema bipartidista, porque no importa quién gane. Si la gente no tiene fe en los resultados, será casi imposible que esa persona gobierne con eficacia”, lamentó el politólogo y catedrático Benjamin Ginsberg.
Además, según un informe publicado por Brookings Institution, hay al menos 50 condados que presentan riesgo de no certificar los resultados tras los comicios y todos ellos se encuentran entre los siete estados claves.
¿Cómo funcionan las elecciones en Estados Unidos?
Al igual que en todo el mundo, hay una serie de requisitos para poder votar en las elecciones federales estadounidenses. Los principales son ser ciudadano de ese país y tener 18 años, aunque es permitido registrarse si tienen 17 y cumplir la mayoría de edad al momento de la elección.
En EE. UU. las elecciones presidenciales se celebran cada cuatro años, el primer martes de noviembre. Durante estos comicios, los ciudadanos eligen a representantes para el gobierno federal como el presidente, senadores y miembros de la Cámara de Representantes, además de autoridades estatales y locales. Según la Guía para Votantes en las Elecciones Federales de la Comisión Federal de Elecciones (FEC), cada ciclo electoral ofrece a los votantes la oportunidad de elegir más de 500 mil cargos en diferentes niveles.
El sistema de votación indirecta para elegir al presidente
Una de las características de las elecciones presidenciales en EE. UU. es el sistema de votación indirecta, conocido como Colegio Electoral: en lugar de elegir directamente al presidente, los ciudadanos emiten su voto por un grupo de electores que representan a cada estado, quienes luego eligen formalmente al mandatario.
Además, cada estado cuenta con tantos electores como miembros en el Congreso, lo que depende de su población, de modo que los estados más grandes aportan más votos.
Para ser proclamado presidente, un candidato necesita al menos 270 de estos votos electorales. En caso de empate, la elección recae en la Cámara de Representantes, para el presidente, y en el Senado, para el vicepresidente.
En esta contienda electoral, según datos de la BBC, se estima que la candidata demócrata Kamala Harris tiene asegurados aproximadamente 226 votos electorales de los 270 necesarios, mientras que Donald Trump cuenta con 219. Esto refleja el fenómeno de los “estados seguros”, aquellos que tienden a favorecer consistentemente a un partido, contribuyendo a la base de votos electorales de cada candidato y determinando el enfoque de campaña en los estados indecisos.