Karlys Naryelin Reyes Lugo, quien fue asesinada de 43 puñaladas y un disparo en un sector entre Acapulco y Ruitoque, llegó a Bucaramanga hace cinco años.
Se despidió de sus familiares en Maracay, la capital del estado de Aragua en Venezuela. Dejó a cargo de sus seres queridos a sus dos hijos menores de edad. Nadie supo para qué sitio de Colombia iría.
Su mamá le pidió a Dios que la cuidara y, sin intercambiar muchas palabras, ambas asumieron que debían despedirse por un largo año. Ese periodo de la vida de Karlys estuvo lleno de misterio. Sus familiares se enteraron luego de que se había establecido en Floridablanca, Santander.
Un año después, se reencontraron en Bucaramanga. “Mi esposo me mandó a llevar. Yo llegué acá y aunque yo estaba a cargo de uno de los niños de ella, el más pequeñito, hablábamos de vez en cuando por teléfono”, le contó a Vanguardia la mamá de Karlys.
Para ella, la vida de su hija era un terreno en el que ella evitaba inmiscuirse o preguntar. La distancia que siempre hubo entre ellas sembró ese límite en el que ninguna de las dos mostraba interés por los asuntos personales de la otra.
“Cuando era chiquita, ella vivió conmigo. Luego, su abuela la crió. Estuvimos separadas mucho tiempo. Nuestra relación siempre fue así”, añadió.
Pese a su distancia, la mamá de Karlys siempre estuvo para cuidar de su hijo de 5 años. Desde que nació, se encargó de mantenerlo a salvo y de suplir sus necesidades. “Ella acostumbraba a llamar, preguntaba por sus hijos y ayudaba económicamente al sostenimiento”, dijo la mujer.
De hecho recuerda que la última vez que hablaron fue el viernes 11 de octubre. Ella le dijo que pasaría a ver a su bebé, para cortarle el cabello y salir a compartir en familia. Esa promesa, igual que muchas, quedó en el aire. La mamá de Karlys estaba segura que en cualquier momento aparecería, disculpándose por no poder cumplir con la cita.
Sin embargo, la última noticia de su hija, de 28 años, fue la de su atroz fallecimiento. Se enteró en la noche, cuando allegados le reenviaron las fotografías de su hija y los audios que narraban que le habían propinado 43 puñaladas y un disparo. “Tengo que ser fuerte. Ella no es la primera hija que pierdo. Ya había vivido el fallecimiento de una en Venezuela, pero sé que tengo a cargo más hijos, y el niño que necesita que yo no decaiga”, añadió la mamá de Karlys.
Lo único que desea ahora es poder brindarle sepultura. “Yo soy lo único que ella tiene. Debo encargarme de hacer todos los papeles para poder cremarla y así terminar ‘con todo el dolor que deja esta situación’”, contó la mujer.
Así asesinaron a Karlys Naryelin Reyes Lugo
¿Acaso sabía Karlys Nayerlin Reyes Lugo a qué iba cuando emprendió camino desde La Cumbre, en Floridablanca, hacia la parte baja de Ruitoque? ¿Sabía que allá la esperaban cuatro asesinos? ¿Los conocía? ¿Cuál de aquellos sujetos la citó? ¿Por qué?
Pues lo cierto es que a Reyes Lugo, de 28 años, de nacionalidad venezolana, la asesinaron de manera atroz, con sevicia, de 43 puñaladas y un disparo.
Sucedió hacia las 7:30 p.m. del lunes festivo, cuando llegó hasta la vereda Nazaret Alto.
La policía supo que Karlys tomó un servicio de mototaxi desde el barrio La Cumbre. Le ofreció $40 mil al conductor por la carrera hasta aquel sitio.
“Durante el trayecto realizó dos paradas y tomó contacto con una persona vía telefónica, dándole las indicaciones del lugar al que debía llegar”, explicó un testigo.
Una vez llegaron al punto, dos sujetos ya la esperaban; enseguida llegaron otros dos hombres. Ellos procedieron a saludarla y luego a golpearla en la cabeza. Uno de los desconocidos sacó un arma y le disparó al mototaxista, quien huyó. Por fortuna el disparo solo le rozó la piel.
El testigo agregó que llegó hasta una finca donde dejó abandonada la moto, contó lo sucedido y así fue como la información llegó a la Policía. Después de recibir la llamada de emergencia y desplazarse hasta el sitio, los uniformados encontraron el cadáver de Karlys en el lugar que les indicó el transportador informal.
