El parque del barrio Paseo del Puente II tiene una nueva atracción de ‘alto riesgo’: su puente peatonal. Esta estructura presenta cuatro agujeros de gran tamaño y óxido en las barandas.
“Cruzar por acá es un peligro porque no se sabe cuando uno se va a caer. Este es un problema de años que nadie ha venido a resolver” denunció Lus Stella, secretaria de la JAC de Paseo del Puente Dos.
Todos los días estudiantes y adultos mayores hacen uso del puente que los comunica con el barrio Paseo del Puente Uno. Desde septiembre de 2022, los presidentes de los dos barrios implicados se han comunicado con la Secretaría de Infraestructura de Piedecuesta con el fin de agendar una visita, pero no ha sido posible.
De hecho, ya se va a cumplir un años desde que Iván Alfredo Fuentes, presidente JAC del Paseo del Puente, envió una carta con material fotográfico tanto del estado del puente y el abandono tanto de los juegos infantiles como del gimnasio al aire libre.
En el Plan de Desarrollo 2024-2027 ‘Hagamos Equipo por Piedecuesta’ no se encontró ningún apartado claro en el que se haga mención del mantenimiento de estas plataformas peatonales.
Lo que sí se logró apreciar fue que la administración municipal instaló la cantidad de 759 luminarias con tecnología LED entre 2020 y 2023 en zonas rurales y urbanas, pero ninguno de los dos ‘Paseos’ fue beneficiario de esta modernización del alumbrado público.
Precisamente, los habitantes del sector hacen el llamado del tránsito de la luz tenue y amarilla a la luz blanca. “Las farolas amarillas no son suficientes para la inmensidad del parque” reveló Leidy Navas, comerciante que tiene su negocio justo al frente del lugar.
Por más que los vecinos del barrio hayan contratado de su bolsillo una persona para que vigilara el sector en las noches, lo cierto es que el mal estado de los postes de luz ha facilitado múltiples robos en la zona.
Diversión a medias
Además del estado del puente y las luminarias, otra de las principales problemáticas es el deplorable estado de los juegos infantiles. Los resbaladeros con grietas, ruedas desarmadas y máquinas de ejercicio en el suelo hacen que el emblemático lugar luzca como un basurero.
