Sergio Andrés Amaya Jiménez, conocido por el alias de ‘Happy’, fue la persona que perdió la vida tras un ataque con arma blanca en Girón.
Estos trágicos hechos ocurrieron sobre las 3:30 a. m. de este jueves, 8 de agosto, en la carrera 23 con calle 12B del barrio Río Prado, en donde se encontraba la víctima cuando fue interceptada por dos sujetos.
De acuerdo con el reporte de la Policía, estas personas desenfundaron armas blanca y, sin mediar palabra, empezaron el ataque en contra de la vida de este hombre de 31 años.
La víctima alcanzó a ser auxiliada por la comunidad y llevada de urgencia en un vehículo hacia el Hospital Local de Girón. Pese a los esfuerzos del personal médico, se confirmó que Amaya Jiménez perdió la vida como consecuencia de las lesiones que sufrió.
El informe forense precisa que Sergio Andrés sufrió una herida en el brazo derecho, otra en la espalda y una más en el muslo derecho. A esto se suma una contusión que presentó en la cabeza.
La Policía indicó que en la reacción se logró la captura de la dos personas presuntamente responsables del homicidio. Ello son conocidos como alias ‘Mancuso y Omar’, quienes registran múltiples antecedentes judiciales.
El Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, se encargó de hacer presencia para realizar la inspección del cadáver e iniciar las indagaciones respectivas. Por ahora se cree que el crimen obedece a problemas personales que sostenía el hoy fallecido con sus verdugos.
De ‘Happy’ se conoció que residía en el mismo barrio en donde se presentaron los hechos, siendo conocido por múltiples personas.
“Era un muchacho del barrio, daba mucha lidia y se metía en problemas. Desconozco qué le pasaría esta vez, pero se la pasaba pa’ arriba y pa’ abajo por las calles”, señaló un residente de la zona.
Autoridades confirmaron que el hoy occiso registraba anotaciones por estupefacientes y hurto. Uno de estos hechos, según reseñó Vanguardia en su momento, se presentó en marzo del año pasado cuando ‘Happy’ ingresó al segundo piso de una casa del barrio Río Prado a robar.
“Cogió un bolso de mi esposa y empezó a guardar dos celulares, controles de Xbox, una cámara fotográfica, cuatro pares de zapatos, una calculadora científica, documentos, $600 mil en efectivo, hasta unos medicamentos de valor, entre otras cosas”, relató aquella vez la víctima a la Fiscalía.
En ese entonces, el acusado fue capturado en flagrancia por la Policía y fue enviado a la cárcel, bajo medida de seguridad, quedando en libertad tiempo después.
Su cuerpo permanece en la morgue del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Bucaramanga.