En el lugar, se hallaron 1.000 kilos de carne de caballo y burro que pretendían ser distribuida, para la comercialización, en la capital santandereana.
“Evitamos que se comercialice carne foránea o carnes que no cumplen con la calidad y las medidas higiénico sanitarias para su consumo”, expresó Néstor Ballesteros Martínez, funcionario de la Secretaría de Salud y Ambiente.
Es de anotar que todos los productos cárnicos deben proceder de un matadero legalmente constituido y avalado por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).
“Invitamos a la población que cuando haga la compra de carne, se haga en sitios que certifiquen su calidad y su procedencia. Que no sean víctimas de personas inescrupulosas”, concluyó Ballesteros Martínez.
No se registraron capturas, puesto que las personas que estaban realizando estas acciones ilegales huyeron por la escarpa occidental.