En la memoria de los seguidores de Atlético Bucaramanga reposan distintas campañas históricas, como la de los terceros lugares de 1958 y 1960 con Norberto Peluffo y Juan Barbieri; e imposible dejar a un lado la de 1997, cuando el club ‘auriverde’ logró el subcampeonato ante el América de Cali y obtuvo un cupo a la Copa Libertadores.
Ahora, la historia del club ‘Leopardo’ también hablará de la primera parte del 2024, cuando bajo la dirección técnica de Rafael Dudamel, un elenco lleno de ilusión sorprendió a los incrédulos y contra todo pronóstico llegó a la gran final tras terminar en el primer puesto del todos contra todos del fútbol profesional colombiano.
“Soñemos juntos”
Con el objetivo de devolverle la esperanza a los aficionados ‘auriverdes’, en diciembre de 2023, el venezolano Rafael Edgar Dudamel Ochoa arribó a Bucaramanga, con un equipo totalmente nuevo y sin levantar muchas expectativas frente al certamen venidero.
“Soñemos juntos”, fue la frase que utilizó el estratega en la presentación oficial de la plantilla a comienzo de temporada, en la que dejó claro que su proyecto estaría construido en el trabajo duro y la disciplina.
Sin embargo, el primer duelo que tuvo el elenco santandereano no fue el mejor, el 21 de enero de 2024, el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez fue testigo de la derrota 2-0 de Atlético Bucaramanga ante Junior de Barranquilla.
Una caída que fue la base para la construcción de la idea de juego de un equipo, que en la jornada 15, tras derrotar 2-1 a Deportivo Cali, con un marco inmejorable en el entonces estadio Alfonso López, aseguró su presencia en los cuadrangulares semifinales tras dos años de ausencia.
Desde esa recordada derrota en Barranquilla, tendrían que transcurrir 15 jornadas para que ‘El Leopardo’ volviera a conocer el amargo sabor de la derrota, en ese momento, ya clasificado, fue superado 1-0 por Independiente Medellín en el Atanasio Girardot.
Un resultado, que como el de la primera fecha, sirvió para sentar cabeza y trabajar de cara a lo más importante, la segunda fase del campeonato colombiano, sin dejar a un lado la posibilidad de finalizar en la primera posición de la clasificación.
Con la meta clara, Rafael Dudamel y compañía siguieron trabajando, obteniendo como resultado un total de 38 puntos, producto de once triunfos, cinco empates y tres derrotas, números suficientes para que la institución ‘auriverde’ se quedara con el punto invisible tras haber sido el mejor equipo del todos contra todos.
Se hizo el ‘milagrito’
La esperanza empezó a apoderarse de los aficionados ‘auriverdes’, quienes no dejaban de creer en una plantilla que con humildad demostraba sobre el terreno de juego, que estaba para grandes cosas.
Millonarios, Pereira y Junior fueron los rivales a enfrentar en el cuadrangular, todos campeones del fútbol colombiano; a pesar de esto, los seguidores se mantuvieron firmes en su posición con la consigna “nadie nos puede robar la ilusión”.
Palabras que fueron claves hasta la última jornada, pues los bumangueses llegaron a la sexta fecha dependiendo de resultados ajenos para seguir soñando con la posibilidad de ‘pelear’ en la gran final.
En ese entonces, Atlético Bucaramanga había disputado cinco duelos, con el saldo de un triunfo, dos empates y dos derrotas, es decir, un total de cinco puntos de 15 posibles.
Con el apoyo de sus fanáticos, quienes se jugaron una final desde la gradería y en contra de todos los comentarios, los búcaros derrotaron 3-1 a Deportivo Pereira y en Bogotá, en una definición de infarto, Millonarios superó a Junior, dándole el paso al equipo santandereano a la última instancia, algo que no se lograba desde hace 27 años.