Imagine por un minuto lo que sería vivir sin agua durante cinco días, sin agua para preparar los alimentos, para bañarse antes de salir al trabajo, descargar los sanitarios, lavar las prendas de vestir y hasta para darle de beber a sus mascotas. Mientras usted lo imagina, los habitantes de 11 veredas en el municipio de Los Santos, a una hora y media de Bucaramanga, han pasado hasta 15 días sin que el líquido llegue a sus casas. ¿La razón? El fenómeno de El Niño, las escasas lluvias que han disminuido el nivel de la represa La Cañada de donde captan el agua, los proyectos fallidos de acueducto, y la falta de gobernanza sobre el agua.
Desde enero pasado se decretó la calamidad pública en Los Santos por la falta de agua, condición que permitió a las autoridades locales y departamentales tomar medidas para buscar una solución urgente, no definitiva. Una de ellas fue suministrar el líquido a través de carrotanques y hasta ahora se ha cumplido; sin embargo, se abastece a la población una vez a la semana, lo que claramente no alcanza para satisfacer sus necesidades.
Esto, para la líder social Darly Vanessa Mendoza Tello, quien vive en la vereda Las Delicias, una de las afectadas, es una clara violación al derecho al agua. Por ello, a través del colectivo ‘Mesa por el derecho al agua’, que reúne a varias organizaciones civiles en búsqueda de soluciones a la problemática en Los Santos y la Mesa de Piedecuesta, se han hecho evidentes las dificultades que tienen las comunidades, pero también plantean un trabajo articulado con la Alcaldía de Los Santos y la Gobernación de Santander para encontrar una salida.
Lo que disparó la necesidad de tomar acciones fue que en días pasados se iba a declarar la emergencia sanitaria en dos instituciones educativas por la falta de agua. “Esto, además de vulnerar el derecho al agua también era una violación al derecho a la educación”, señaló Mendoza Tello.
La declaratoria de emergencia no era para menos. Según la misma Mendoza Tello el nivel del agua de la represa La Cañada bajó tanto que el líquido no era transparente sino café por la concentración de sedimentos, además, olía a hierro y a gallinaza. Con el paso de los días la situación mejoró con la llegada de algunas lluvias. El tono del agua se tornó más claro y los malos olores disminuyeron. El líquido allí no es tratado, el consumo está bajo riesgo de los habitantes.
El problema de La Cañada
Esta represa, que ha abastecido por años a los habitantes de algunas veredas de Los Santos, está en niveles muy bajos y en la administración 2020-2023 del alcalde Luis Bernardo Almedia Espinosa, se destinaron un poco más de $1.300 millones en 2022 para su optimización y mantenimiento, y así garantizar el suministro de agua a las diferentes veredas del municipio de Los Santos, con un tiempo de ejecución de seis meses. Sin embargo, a la fecha continúa en ejecución.
Al respecto la integrante del Colectivo La Cañada, la abogada Yessenia Mendoza, indicó que se han hecho unas labores por parte del contratista pero aún faltan obras. “Como la represa está en obra no se pudo llenar para esta temporada, y con las pocas lluvias se agudizó la crisis de las 11 veredas que están sin agua”, dijo.
Si bien el municipio cuenta con carrotanques para suministrar agua a los sitios donde no hay acueducto, no se tuvo en cuenta la escasez de agua en La Cañada y menos a las 11 veredas, por lo que los vehículos no dan abasto. “Ha hecho falta gestión por parte de la Alcaldía para que se destinen más carrotanques y llegue el agua”, precisó la abogada.
La represa Los Pozos
En Los Santos también existe la represa Los Pozos, de la cual se abastecen los habitantes del casco urbano del municipio. Esta represa fue concesionada a la Empresa de Servicios Públicos de Santander (Esant) para cumplir con el suministro del líquido, debido a que ocho años después de iniciado el proyecto del Acueducto Regional del Chicamocha no se ha terminado.
De esta represa no es posible captar agua para otros sectores porque está concesionada.
Acueducto del Chicamocha
Este proyecto a cargo de la Esant, inició en 2015 en la administración del entonces gobernador Richard Aguilar, debía entregarse en 2016 y no fue posible. Inició ejecución por un valor de $22.600 millones y hoy lleva adiciones que superan los $30.000 millones y aún no funciona.
Pasaron los gobernadores Didier Tavera Amado y Mauricio Aguilar Hurtado y, pese a que destinaron recursos, el proyecto sigue en vilo.
Vanguardia intentó comunicarse con el alcalde de Los Santos, Diego Mendoza, pero no atendió las llamadas.
Las posibles soluciones
Las comunidades, a través de los colectivos, plantean algunas soluciones a la problemática. Una de ellas es que el contratista de las obras de la represa La Cañada cumpla con la ejecución total del proyecto. Otra es que solicitan a la Alcaldía de Los Santos, a la Gobernación de Santander y a la Esant que exista una verdadera gobernanza del agua, debido a que si bien hay suficiente líquido, se queda en pocas manos y no resuelve las necesidades de toda la población.
Una petición más tiene qué ver con que se viabilice el proyecto del acueducto del río Manco que se conoce como Mesa de Jéridas. Para este propósito solicitan apoyo por parte de la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb) y de la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS), la verificación de las concesiones de agua, el suministro de los estudios hidrológicos y llevarlos a cabo.