La Fábrica de Licores del Tolima (FLT) se encuentra en una situación financiera crítica. Las ventas se han reducido a la mitad en el último año y la empresa se encuentra en camino a la quiebra.
El debate sobre las causas de esta situación se ha intensificado en las últimas semanas.
El diputado de Cambio Radical, Juan Guillermo Beltrán, quien promovió un debate sobre la FLT en la Asamblea del Tolima, señaló a la anterior administración departamental como la principal responsable de la crisis.
Beltrán acusó al exgobernador Ricardo Orozco de permitir el ingreso de licores de otras regiones, lo que llevó a una caída en las ventas de la FLT.
“El 70 % de la responsabilidad es del exgobernador Orozco y el 30 % del exgerente Franz Bedoya, quien pecó por callar”, comentó Beltrán.
Además: “La política de apertura de fronteras llevó a que las ventas de la FLT cayeran el año pasado cerca del 50 por ciento en comparación con el 2022″.
Beltrán también criticó el intento de la FLT de conquistar el mercado del exterior. “Cambiaron Cundinamarca por Dinamarca”, ironizó en su debate.
Añadió: “Las ventas se redujeron a la mitad sin el ingreso de Antioqueño. Podíamos cerrar fronteras por seis años, pero lo que hicimos fue abrir por 10 años. Lo único que nos queda es una acción legal por violación a la ley de licores”.
Por su parte, el analista Jorge Enrique Palacios señaló que el exgobernador Orozco desconoció un estudio de vulnerabilidad contratado con la Universidad del Tolima en el que se advierte el grave riesgo que representa el ingreso de un competidor de la talla de la Fábrica de Licores de Antioquia.
“No entiendo por qué Orozco decidió abrir fronteras si ese estudio concluye que la FLT tendría que cerrar puertas si llega un competidor como la Fábrica de Licores de Antioquia. Esa es una pelea de tigre con burro amarrado”, expresó Palacios.
Palacios también indicó que el futuro político de Ricardo Orozco está ligado a lo que suceda con la FLT. “Puede pasar a la historia como el sepulturero de esa empresa”, señaló.
La situación de la FLT es crítica. La empresa se encuentra en camino a la quiebra y el futuro de la misma está en juego.
La responsabilidad de la crisis recae en la anterior administración departamental, que permitió el ingreso de licores de otras regiones y no tomó las medidas necesarias para proteger a la FLT de la competencia.
