Rafael Antonio Peluffo Zabala ya tenía todo preparado para regresar a casa cuando decidió verificar la instalación de un tubo en la parte interna de uno de los edificios que se construyen frente al corregimiento de Manzanillo del Mar, en la Zona Norte de Cartagena.
Eran las 11 de la mañana del sábado (2 de marzo). Peluffo, de 50 años, subió al cuarto piso de uno de los bloques de ese complejo habitacional conocido como Dammar. Así lo aseguran sus familiares.
“Él subió para verificar la instalación que tiene que ver con los extinguidores para incendios. En eso estaba cuando, nos dicen los compañeros, como que el cuerpo se le fue a un lado cuando tenía agarrado el tubo y cayó al vacío”, cuenta una sobrina de la víctima.
Rafael Peluffo murió en el acto. Su cuerpo quedó en el primer piso, en una especie área angosta que separa varios apartamentos de ese piso para la instalación de la tubería. También se le conoce como “vacío del patio”.
El hombre, dicen sus familiares, llevaba dos años laborando en esa obra. Rafael era oriundo de Barranquilla, pero residía con su esposa y cuatro hijos en el barrio Villa Selene, entre esa ciudad y el municipio de Soledad.
“Mi tío cada quince días se iba a Barranquilla a descansar con su familia. Este fin de semana iba a hacer lo mismo. Ya estaba listo para salir, pero fue a verificar lo del tubo para marcharse tranquilo”, agrega la sobrina, precisando que a un lado del cuerpo de Rafael estaba su casco. El cuerpo del obrero fue retirado ayer en la tarde de la morgue de Medicina Legal, en Cartagena.
Este accidente laboral ocurrió justo frente al lago donde el pasado 19 de febrero se ahogó un adolescente, de 13 años, identificado como Jair Padilla Jiménez.
El menor se ahogó mientras se bañaba con sus amigos en ese lago, aprovechando que no hubo clases ese día por la emergencia que había en aquel entonces en Cartagena por la falta de agua.
Jair residía con sus padres y sus hermanos en el sector Zaragocilla, calle 25, de Manzanillo del Mar. Cursaba sexto grado.