Jonathan Leonardo Delgado Neira es el abogado que tiene la misión animal más grande de Santander. Hijo de un padre transportador y una madre berraca dedicada al rebusque, en su casa era ley querer ayudar a otros.
En 2018 egresó del programa de derecho de la Institución de educación superior Uniciencia y tan pronto como finaliza esta etapa comenzó otra que lo encaminó a defender la vida de los peluditos.
El nuevo capítulo fue en la secretaría de Salud de Floridablanca bajo la tarea específica de resolver lo que nadie quería resolver: la política pública de los animales sin hogar.
En el tiempo que estuvo en el ente municipal logró radicar el proyecto del centro de Bienestar Animal de Floridablanca.
Un lugar que costó 1.100 millones de pesos y que falleció junto al estadio de Fútbol Ávaro Gómez Hurtado. “Me dio una gran impotencia ver que el intento por ayudar a los animales del municipio se transformó en un elefante blanco” relató el abogado con vocación animalista.
El 5 de agosto de 2018, él mismo quiso dar solución a lo que las alcaldías se hacían los de la vista gorda y utilizando una cava llena con 100 vacunas donadas y el trabajo de 5 voluntarias más, nació la mayor misión de su vida: sensibilizar a los ciudadanos sobre el cuidado animal. Esta primera visita se realizó en el barrio El Carmen de manera gratuita.
Bajo el nombre de Misión Animal Santander y recorriendo los barrios de Bucaramanga, el equipo ha logrado atender a 20.000 mascotas en poco más de 5 años, brindando servicios de vacunación, desparasitación y esterilización responsable.
El compromiso de Delgado y su equipo voluntario se hizo conocido gracias a la iniciativa Bucaramanga Sin Límites, en la que se llevaron el 31% de los más 13 mil votos que buscaban elegir la fundación a la que se le cumpliría un gran sueño.
“Yo sueño con la primera unidad móvil de atención canina y felina en la ciudad” fue la respuesta con la que el líder de la misión se presentó a la audiencia bumanguesa.
Acreedores de 25 millones de pesos, nació la Misión Animal Colombia, con la que la unidad móvil se hizo una realidad y llegó hasta La Guajira, César y Magdalena.