Hace cuatro años, un ciudadano adquirió la gran responsabilidad de convertirse en el superhéroe que lleva el mensaje de Dios a quien más lo necesita.
Conocido como Diosmiciliario, este valiente defensor de la esperanza se embarca en su misión altruista cada domingo, Montado en su icónica Vespa amarilla con cuadros negros, se embarca en la misión de llevar alegría a familias enteras.
El personaje nació bajo la iniciativa de la Super Pandilla de Super Pan. La idea era juntar el esfuerzo superheroico de distintas personas que gozaran de ayudar a otros.
“Cuando me enteré de esta idea, me puse a buscar por todos lados una Vespa y pensé en un traje que definiera mi principal motivo: dar un mensaje” relata el humilde servidor de traje negro y amarillo.
En ese entonces, él se dedicaba a administrar una empresa de domicilios en la ciudad. Así que juntando su oficio y pensando que usaría una motocicleta para movilizarse, la respuesta estaba más que clara.
“Está loco” le decían algunos amigos, al revelarle sus intenciones justicieras, sin embargo, su esposa fue la primera persona en creer que la capa era un elemento poderoso para inspirar personas.
En la familia del héroe, la obra de ayudar siempre estuvo presente debido a que la fe fue un camino constante que se intensificó en las pruebas más difíciles. Por ejemplo, con dos años al servicio superheroico, Carolina, la esposa del enmascarado fue diagnosticada con cáncer.
“Son momentos en los que te preguntas constantemente ¿Por qué? ¿Por qué si obramos con amor recibimos estas pruebas tan duras?” confesó el servidor con el rostro limpio y corazón en la mano.
Un baúl espacioso
No obstante, el acercamiento a algo tan humano como lo es la enfermedad, hizo que sumara una causa más a la lista.
El 30 de junio de 2023 por los pasillos de la unidad infantil de la Fundación Cardiovascular, Diosmi, manera en la que los niños suelen decirle, hizo presencia con juguetes, historias y un mensaje de suma admiración por la gran lucha de los pequeños.
Los niños y las familias son la ‘kriptonita’ del ‘súper mensajero’, en sus palabras: “cuando voy por las calles me fijo en las familias, sus caras, si están felices o presentan alguna necesidad”.
Precisamente recuerda un caso. En medio de los patrullajes dominicales por Piedecuesta, observó a un padre, madre e hija exhaustos, con sed y con destino a Bogotá. Él, después de escucharlos y realizar un llamado prácticamente al cielo, logró que las tres personas abordaran un bus hacia la capital del país.
Podemos ser héroes
Oriundo de Ocaña, criado en Pereira y enamorado de Bucaramanga, el ‘súper creyente’ le entusiasma que las personas lo sigan y también que se quieran tomar fotos junto a él.
Sin embargo, estos actos “están lejos de ser mi propósito, porque lo que quiero es que los niños se animen a ayudar. Ellos y sus familias deben tener el hábito de salir a regalar buenas acciones a los demás”.
Por eso, una nueva faceta de su misión es la visita a los colegios. En videos se observa la algarabía de los infantes por ver a un héroe tan de cerca, posar con el puño al frente y escuchar tan poderosa frase:”ustedes también pueden ser héroes”.
Producto de la solidaridad de las instituciones educativas y la comunidad de padres, las visitas suelen terminar con una generosa donación de mercados. Aunque no es obligatorio, si conmueve y ayuda a la persona sensible detrás del casco y el tapabocas, “es porque no se alcanza a ver pero muchas veces me he emocionado al ver la generosidad y amor de quienes les gusta mi obra”.
Su impactante labor ha llegado tan lejos que las familias agradecidas no solo han expresado su admiración en forma de donaciones, sino que también han compartido videos conmovedores de sus pequeños fanáticos siguiendo el ejemplo del superhéroe en las calles.
Estos vídeos muestran a niños expresando su deseo de ayudar a otros, extendiendo la cadena de bondad iniciada por el domiciliario de la generosidad.