Iván Andrés Ortiz Rocha, presunto responsable de la muerte de una mujer de 54 años, en Landázuri, fue enviado a la cárcel por solicitud de la Dirección Seccional de Fiscalías de Santander.
Los hechos ocurrieron el pasado 17 de enero en el corregimiento La India del municipio de Landázuri, Santander.
Según las investigaciones del ente acusador, el presunto agresor y la víctima habían compartido en un establecimiento de comercio hasta altas horas de la noche consumiendo alcohol.
Al salir, el presunto responsable habría pretendido hurtar sus pertenencias, causándole heridas con arma cortopunzante quitándole la vida.
El cuerpo fue hallado sin vida el 18 enero en el lugar de residencia de la víctima, hasta donde al parecer fue arrastrado por el agresor.
La Fiscalía le imputó cargos por su presunta responsabilidad en el delito de homicidio agravado.
Así fue el cruel asesinato
El atroz homicidio ocurrió en la noche del pasado miércoles 17 de enero. Arianed Hernández Linares, de 54 años, había salido con su presunto homicida a departir en una fuente de soda. La mujer se tomó su cerveza y, posteriormente, se dirigió a su hogar.
Tiempo después, el hombre de 20 años, que ya fue identificado como Iván Andrés Ortiz Rocha, se había dirigido con dos menores de edad, de 12 y 14 años, al sitio donde vivía Arianed.
Tocaron la puerta de su vivienda y la agredieron físicamente. Se presume que la mujer intentó poner resistencia.
No se sabe a ciencia cierta si querían robarla o abusar sexualmente de ella. El Tribunal de Paz considera que en medio del forcejeo el agresor la apuñaló varias veces en el cuello, heridas que segaron su vida.
A la mujer le encontraron otros rastros de violencia en su abdomen y pelvis. Por otro lado, los menores de edad habrían ayudado a perpetrar el crimen golpeando a la mujer con una piedra, hasta desfigurar su rostro.
La comunidad considera que la mujer también fue agredida sexualmente por la forma como fue hallada en su cama. De acuerdo con la versión de algunos testigos, la mujer también fue amordazada.
La víctima ya había denunciado los constantes abusos que dos de los perpretradores de su homicidio le infligieron durante tres meses antes de la tragedia.
