Desde el 1 de enero de 2023, las casetas ubicadas en el sector de ‘Papi Quiero Piña’ han trabajado 24 horas del día atendiendo a los distintos pasajeros que llegan a descansar la espalda y los pies frente a la Avenida Floridablanca.
El registro y comercialización de los tiquetes en este punto es completamente legal y realizada por una empresa especializada en la gestión digital de todas las rutas mediante aplicación.
Sandra Zea Hernández, de 54 años, es vendedora rotativa del sector desde que los buses volvieron a salir a las rutas nacionales. Ella basa su sustento diario en comercializar papas, tintos, gaseosas, agua y demás productos, sin embargo el anhelo que tiene es:” un trabajo digno aquí donde estamos. Queremos ser productivos y profesionalizar este terminal que tenemos, en vez de que nos hagan salir, sería positivo trabajar en conjunto para un mejor municipio”.
Un proyecto frío
En el 2020, el gobernador de Santander de ese entonces, Mauricio Aguilar ya había propuesto construir una sede de la Terminal de Transportes de Bucaramanga en ‘la ciudad dulce’.
No obstante, el Jefe de Seguridad y Control Operativo de la Terminal de Transportes, Nelson Gómez Dávila, afirma que: “Por motivos administrativos, el proyecto se frenó hasta nuevo aviso”. Panorama que deja a la deriva aquella nueva sede oficial en Floridablanca.
La solución de espaldas
A falta de nuevas propuestas entre ente municipal y ente departamental, el terreno de al menos 800 metros cuadrados que se encuentra a las espaldas de las casetas se posiciona como el predio predilecto para un futuro proyecto que formalice el terminal de Papi Quiero Piña, según vendedores y usuarios.
El retrato de las casetas
Dennys Bibiana Millán Cerdas laboraba vendiendo paquetes en las distintas rutas intermunicipales. Hace 3 años decidió tener su caseta en la zona para sacar adelante a sus dos hijos. En sus palabras expresa que “Nosotros no perjudicamos a nadie, de hecho estamos para brindarle seguridad tanto a pasajeros como a funcionarios de la empresas de transporte porque trabajamos las 24 horas”. Ella enfatiza que se les prometió ser tenidos en cuenta por administraciones anteriores y ninguna se acercó a darles una solución certera.
