La violencia se abrió campo nuevamente en el fútbol colombiano, en esta oportunidad en el partido entre Deportivo Cali y Junior de Barranquilla, correspondiente a la quinta fecha del Grupo A de los cuadrangulares semifinales.
El duelo fue ganado 2-0 por el cuadro barranquillero; no obstante, los últimos 15 minutos no se pudieron realizar debido a que no existían las garantías de seguridad, tras la invasión de algunos hinchas ‘azucareros’.
La situación que provocó la exaltación de los aficionados fue un gol invalidado al Deportivo Cali, que pudo significar el 2-1 parcial, pero que tras la revisión del VAR fue anulado por fuera de lugar.
Nada justifica la violencia, pero los hinchas se salieron de la ropa y de esta manera el fútbol pasó a un segundo plano.
Los árbitros salieron del campo en medio de la protesta de los hinchas, quienes intentaron agredir con objetos lanzados desde la tribuna a quienes imparten justicia.
Jaime De la Pava, entrenador del Cali, se mostró preocupado por lo que viene sucediendo en el balompié nacional.
“El juego se nos presentó en unas circunstancias muy duras y eso genera impotencia, pero llegar a los límites de la violencia es complejo. Saliendo, me pegaron con una moneda y me abrió un poco. Esto no puede ocurrir, cuando uno sale para el estadio ve que hay 50 policías y uno dice ‘¿vamos para un partido de fútbol o vamos para la guerra?’. El hincha puede gritar y hasta insultar, pero todos debemos tener equilibrio”, comentó el entrenador.
En este Grupo, Tolima es líder con 12 puntos, seguido por Junior con 10, Águilas con cinco y Cali con uno.
En la última fecha, Junior y Tolima definen al clasificado a la final en Barranquilla.