Duarte, de 73 años, se convirtió en un ícono de Bucaramanga tras dedicarse durante 50 años a la venta de habas en varias esquinas de la ciudad.
El hombre comenzó la venta de su popular producto en la carrera 33 con calle 56 y luego se ubicó en la carrera 33 con calle 52. Con su labor logró sacar adelante a su familia, cuatro hijos y su esposa.
Se hizo reconocido por su labor pero se ganó el corazón de los bumangueses con su carisma.
Habitas falleció tras complicaciones relacionadas con un linfoma que le fue diagnosticado hace cinco meses.