Partes muy pequeñas y finas de compuestos químicos altamente tóxicos para la salud humana son respirados a diario por los bumangueses. Diariamente nuestros pulmones reciben agentes nocivos como monóxido de carbono, dióxido de carbono, dióxido de azufre, óxido de nitrógeno, entre otros contaminantes.
La polución en el aire es una de las amenazas principales en materia de ambiente y desarrollo sostenible que debe enfrentarse y resolverse, o al menos mitigarse, durante los próximos diez años en Bucaramanga.
Hablamos de un problema que ocasiona graves perjuicios de salud contra la población bumanguesa, como enfermedad isquémica del corazón y afección pulmonar obstructiva crónica, entre otras condiciones adversas.
Los cálculos de las autoridades estiman que el total de servicios de salud que se brindan anualmente en la ciudad para atender este tipo de enfermedades equivale, aproximadamente, al 3,9 % del Producto Interno Bruto, PIB, de la capital santandereana.
Este análisis hace parte del diagnóstico que se formuló para estructurar la Política Ambiental de Cambio Climático y Transición Energética de Bucaramanga, una hoja de ruta que se definió para atender, mitigar y resolver los problemas que debe enfrentar la ‘Ciudad Bonita’ durante la próxima década.
Gobierno Local, autoridades ambientales, organismos de control, empresas públicas, academia, expertos, activistas y comunidad participaron en este estudio que se llevó a cabo. Dicha política pública fue aprobada por el Concejo a finales del pasado mes.
Vanguardia le presenta a continuación los problemas más críticos que existen en la capital santandereana en materia de ambiente y sostenibilidad.
1. Polución en el aire y malos olores
El material particulado y los gases emitidos por el parque automotor, las actividades industriales y de servicios es una de las principales preocupaciones.
De acuerdo con lo precisado por las autoridades locales, “se ha estimado que los costos asociados a una mala calidad del aire en Bucaramanga ascienden aproximadamente a 0,6 billones de pesos”.
Conforme con lo alertado por el Instituto Nacional de Salud, INS, anualmente se registran más de 17.000 muertes relacionadas a factores de riesgo ambiental, de las cuales alrededor de 15.000 fallecimientos se asocian a la mala calidad del aire.
En Bucaramanga, cada año se emiten más de 353 toneladas de material particulado 2,5. Son las partículas más finas que se alojan en el sistema respiratorio. Según lo precisado, cerca del 74 % de estos contaminantes los genera el parque automotor que rueda en el área metropolitana.
Otra de las problemáticas relacionada con la calidad del aire y que hasta el momento no ha sido contrarrestada de manera eficaz, es el olor ofensivo que se genera con las actividades industriales. Azufre, sulfuro de hidrógeno y amoniaco son algunos de los compuestos que saturan el aire en Bucaramanga.
2. Exceso de ruido
En zonas residenciales la norma señala que el grado máximo de ruido permitido es de 65 decibeles de día, y de 55 decibeles en la noche. Sin embargo, en mediciones realizadas por las autoridades, en barrios como Cabecera, los resultados arrojaron 80 decibeles e incluso momentos en los que se superan los 100 decibeles.
El Gobierno Local reconoció que, en gran parte, este problema persiste debido al “poco control, evaluación y seguimiento a fuentes generadoras de ruido… Se resalta la nula aplicabilidad por parte la autoridad ambiental (Cdmb) en lo referente a la Resolución 627 de 2006 (norma nacional de emisión de ruido y ruido ambiental).
3. Deterioro ambiental de los ecosistemas
Uno de los entornos naturales más perjudicados en los últimos años, y el cual es clave para el abastecimiento de agua en la ciudad, es la alta cuenca del río Suratá. Las actividades de minería en dicho ecosistema representan una gran amenaza actualmente.
En materia de deforestación, uno de los lugares más perjudicados, y que es fundamental para la generación de oxígeno en Bucaramanga, es el sector de los cerros orientales. La ocupación irregular y las construcciones ilegales de dichos terrenos amenazan con destruir este paisaje natural.
“Todas las coberturas naturales tuvieron reducción de área, pasando de 53.778 hectáreas a 42.859 hectáreas (entre 2002 y 2018), una disminución en los ecosistemas estratégicos de páramo, bosque alto andino, bosque seco tropical y bosque húmedo tropical”, señala este diagnóstico, con base en estudios del Fondo de Agua de la Región Metropolitana de Bucaramanga.
4. Riesgos para el abastecimiento de agua
Los altos niveles de contaminación en fuentes hídricas como los ríos Oro y Suratá amenazan el suministro de agua que actualmente tienen los bumangueses. Entre las cargas contaminantes se encuentran las aguas residuales generadas por el medio millón de habitantes que tiene Bucaramanga.
Otro factor que tiene en riesgo el abastecimiento del preciado líquido es el crecimiento acelerado y desordenado de asentamientos humanos, en donde no existen redes ni alternativas para el suministro de agua.
En vecindarios periféricos y en zonas rurales del municipio, como el caso de El Rosal en el norte y Luz de Salvación II en el sur, existe una necesidad apremiante de expandir las redes de acueducto y alcantarillado.
5. Inadecuada gestión de los residuos sólidos
Bucaramanga reporta uno de los peores índices de aprovechamiento de residuos sólidos. Los bumangueses reciclan menos del 3 % de sus desechos. La cantidad restante se entierra en el relleno sanitario El Carrasco, hablamos de más de 530 toneladas diarias de basura.
El mal comportamiento de muchos ciudadanos, quienes arrojan desechos en sitios prohibidos y en horarios no permitidos, es otra de las amenazas que debe superar la capital santandereana para ser una ciudad sostenible.
A pesar de las promesas de los dos últimos alcaldes, El Carrasco es un sitio de disposición final que sigue careciendo de tecnologías para tratar y aprovechar los residuos, en lugar de enterrarlos. Hablamos de un relleno que ni siquiera cuenta con licencia ambiental, y que aún está muy lejos de convertirse en un parque ambiental en donde se puedan tratar y comercializar materias, por ejemplo, como el vidrio.
