Hace menos de 24 horas, la calma que se vivía en un restaurante de Kramatorsk, ciudad de Ucrania, fue interrumpida por el impacto de un misil ruso que generó graves daños y ocasionó la muerte de diez personas. Otras más quedaron heridas, entre ellos los colombianos Héctor Abad Faciolince, Sergio Jaramillo y Catalina Gómez, que han venido relatando en las últimas horas qué fue lo que ocurrió.
Los colombianos estaban realizando diferentes actividades en el marco de la campaña ‘Aguanta Ucrania’, por lo que la cuenta oficial de esta iniciativa en Instagram transmitió en vivo hace poco en compañía de Faciolince y Jaramillo, mientras ellos contaron cómo todo cambió de un momento a otro a raíz del atentado.
Sergio Jaramillo, excomisionado de Paz, sostuvo que habían llegado al restaurante de Kramatorsk luego de tener una jornada de charlas e intercambio con locales y realizar los compromisos de la campaña en la que participan.
“Durante el día uno está dando vueltas, está hablando con gente y todo el tiempo piensa ‘será que acá puede ocurrir algo, será que allá puede ocurrir algo’, pero entonces uno siente que llega a un restaurante y que está en un refugio”, expresó.
El ambiente en el restaurante, contó, se sentía muy festivo, alegre, pero esto fue interrumpido por un “sonido seco muy fuerte”, que describía la caída del misil ruso sobre las instalaciones de ese lugar.
“Empieza todo a volar por los aires y ve uno como en cámara lenta los pedazos de marquesina, los vidrios volando, las vigas, una me cayó a mí en el muslo, pero nosotros tuvimos la suerte de que estábamos sentados en la terraza del restaurante y no en su interior, porque los que estaban en su interior vieron cómo se les venía, literalmente, el techo encima”, agrega Jaramillo en su relato.
En ese momento, el escritor Héctor Abad Faciolince entra a la transmisión y asegura que se encuentra “extrañamente bien”, pues solo tiene un zumbido en la cabeza que le ha generado migraña, no entiende cómo puede ser el único efecto que le generó la explosión.
Sin embargo, narra que en el momento de lo ocurrido tanto él como todos a su alrededor pensaron que estaba herido. “Yo mismo pensé que lo estaba por estas cosas negras que me veían en todo el cuerpo, pensaba ‘estoy herido, pero no me duele nada’”.
En ese momento sostiene que se repuso y describe que segundos antes del impacto estaba “riéndome con Victoria Amelina (la novelista ucraniana que los acompañaba) porque estábamos brindando con cervezas, porque en la región hay ley seca y no nos podíamos tomar un vino. Acababa de pedir una pizza de cuatro quesos y me levanté como a brindar con ella y, de pronto, yo sentí como que del centro de la tierra algo brotó, pero en vez de tirarme hacia arriba, ese ruido infernal me tiró al suelo. Yo caí, caían vidrios, no me movía, no sabía lo que pasaba, estaba aturdido, en el estupor”.
El escritor indicó que lo primero que percibió fueron las palabras de perdón de Catalina Gómez, ya que ella lo había llevado a ese sitio a departir. Sin embargo, la atención de Héctor Abad se quedó con Victoria, ya que se encontraba “sentada muy recta, con la cabeza un poco hacia atrás, sentada sin sangre, limpia, impecable, pero con los ojos cerrados, no respondía a Sergio y a Catalina, y entendimos que algo muy grave le estaba pasando”.
Al respecto, el excomisionado Sergio Jaramillo detalló que después de la explosión y de dirigir su mirada hacia Héctor, volteó a ver a su “vecina y amiga Victoria”, y describió que ella estaba sentada justo a su lado cuando cayó el misil, sin embargo, sostiene que su reacción instintiva lo llevó a agacharse un poco y bajar las piernas, pero Victoria, quien ahora se debate entre la vida y la muerte, estaba “sentada erguida, y por eso fue que la golpeó atrás en la nuca algún objeto cortante de manera muy fuerte. Eso fue lo que ocurrió y ella ahora está en cuidados intensivos”.
Los colombianos relataron que la periodista Catalina Gómez aún está en la ciudad ucraniana, donde se quedará debido a que es corresponsal en ese territorio, mientras ellos, a primera hora de mañana, estarán llegando a la frontera con Polonia para entrar a ese país y después buscar cada uno un viaje hacia sus hogares.
De igual manera, agradecieron a todas las personalidades que les han enviado su solidaridad y concluyeron diciendo que “ojalá este movimiento de latinoamericanos por Ucrania (Aguanta Ucrania) crezca, y nos ayuden en esto que no es una campaña egoísta, sino por los derechos humanos fundamentales”.