La extraña muerte de Laury Yisel Guzmán Becerra de 21 años, no solo ha generado consternación a los residentes del centro de Bucaramanga. En la Jagüa de Ibirico, un municipio del departamento del Cesar, sus familiares y paisanos exigen que se esclarezcan las causas de su fallecimiento.
Laury era profesional en salud ocupacional y hace un año se vino a vivir con una tía al norte de la ciudad buscando ejercer su carrera. Sin embargo, no consiguió empleo como profesional, pero sí con su novio, Jonathan David Gómez Arrieta, que era administrador de un almacén.
“El novio es de Sincelejo y la ayudó para conseguirle trabajo. Ella vivió conmigo en el norte de Bucaramanga hasta el mes de febrero y después se fue a vivir sola a una pieza cerca al trabajo”, señaló una tía.
Pero el pasado domingo la joven desapareció. En redes sociales sus seres queridos empezaron a reportar que desconocían de su paradero, después que la vieron salir de un bar de la carrera 16 con calle 34.
En la mañana de ayer martes terminó la búsqueda. Fue encontrada sin vida en el apartamento que había arrendado su novio, el 403 del edificio Delgado Ardila en la carrera 18 con calle 33 del centro de la ciudad.
Según el reporte de la Sijin, el cadáver de Laury fue hallado por el azar, ya que de manera inicial fueron los compañeros de trabajo de su novio, Jonathan Gómez, los que lo fueron a buscar a él ya que no se había reportado a la empresa desde el lunes.
El vigilante del edificio junto a la propietaria del apartamento, ante la insistencia de los compañeros de trabajo, decidieron entrar al inmueble, encontrando en la habitación a Laury Yisel sin vida.
“No hallaron al novio, pero a ella sí. La femenina estaba sin vida, acostada sobre la cama y cubierta con una sábana. La dueña y el vigilante manifestaron no conocerla, pero después se confirmó que era la pareja del hombre que había arrendado el inmueble”, aseguró una fuente judicial.
En el informe de los investigadores también se reseñó que no presentaba heridas ni signos de violencia por lo que será Medicina Legal la que determine la causa del deceso.
En cuanto al compañero sentimental, hasta el cierre de esta edición no había sido ubicado por las autoridades.
“La mamá ya viajó de la Jagüa a Bucaramanga para reclamar el cuerpo. Solo esperamos que todo se aclare y si hay algún responsable de la muerte de mi sobrina, pague por lo que hizo”, afirmó la tía.
