Ocurrió el pasado lunes por la tarde, cuando la víctima se encontraba trabajando en las obras del plan maestro de alcantarillado en el barrio Fundadores del municipio guanentino.
Jhon Alexánder, de acuerdo con las autoridades, bajó aproximadamente dos metros a una cavidad que la maquinaria amarilla había adelantado.
Estando dentro encargándose de su labores, fue sorprendido por el alud y quedó sepultado por kilos y kilos de tierra.
Cada segundo era vital para salvar la vida del hombre, por lo que enseguida sus compañeros de trabajo empezaron a remover las piedras y tierra para sacarlo.
Para agilizar las tareas hizo presencia el Cuerpo de Bomberos del municipio.
De manera desafortunada, cuando lograron divisar el cuerpo de Murillo, ya no respondía a los llamados que le hicieron. Presentaba múltiples heridas y traumas.
Los organismo de socorro le realizaron maniobras de primeros auxilios, pero todo fue infructuoso y se confirmó que no tenía signos vitales.
Solo quedó la presencia de la Sijín de la Policía de Santander para adelantar las labores del levantamiento del cadáver, el cual fue llevado a la morgue del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses en San Gil.
Allegados a la víctima exigieron investigar si hubo alguna omisión por parte de la empresa contratista en las normas de seguridad laboral que hubieran podido prevenir el accidente.
“No deberían dejar trabajar si no hay seguridad y las normas se quedan en el papel. No se ven las estibas o la madera, que tiene como función trancar el talud de ambos lados; tampoco se puede permitir el ingreso a una excavación con maquinaria funcionado, esto debilita el terreno. Deben investigar”, dijo un amigo.
Jhon Alexánder era un hijo de Charalá y recientemente había contraído matrimonio.
“Él era un hombre de hogar, muy trabajador. Mucha fortaleza a todos sus familiares por esta inesperada perdida”, escribió un allegado al hoy fallecido, en sus redes sociales.
