Julio César Galvis, un productor radial desde hace más de 40 años, es el encargado de explicarnos todo lo que hay detrás de la llegada de este género musical a la ‘Ciudad Bonita’.
Oriundo de Barrancabermeja, el ‘Emperador del Vallenato’ cuenta detalles de los más grandes ídolos de este género musical.
“La llega de este género musical a Bucaramanga se remonta a los años 70, cuando el acordeonero Alfredo Gutiérrez se da a conocer en este folclor. Sin embargo, el bumangués, difícilmente, le encontraba amor al vallenato, quienes lo hacían ‘sonar’ en la ciudad eran aquellos foráneos que provenían de la costa o de Barrancabermeja”, comenta.
Aproximadamente, en el año 1976, este género se consolida en la ‘Ciudad Bonita’. A partir de ese momento, la frecuencia F.M., acogió al vallenato y le abrió las puertas, con artistas como Diomedes Díaz, y Rafael Orozco.
“Las personas comenzaron a colocar cuidado a las letras del vallenato. Ya los artistas se presentaban en discotecas, se inició ese contacto directo y ya Bucaramanga se veía como una buena aplaza”, señaló Julio César Galvis.
De esta forma, y poco a poco Bucaramanga se fue convirtiendo como la ‘ciudad vallenata’, en referentes para aquellos cantantes que salían de la Costa Atlántica a promocionar sus canciones.
“Sí pegaba en Bucaramanga, pegaba en Bogotá y en Medellín, fue la idea con la que los promotores musicales decidieron arriesgarse y apostar por esta ciudad”, recuerda.
Para Julio Cesar, quien también es conocido como el ‘emperador del vallenato’ por haber sido el encargado de difundir este ritmo musical entre los bumangueses, a través de su profesión como productor radial, otro aspecto a tener en cuenta fue la llegada de estudiantes provenientes de Barranquilla, La Guajira, Riohacha, Valledupar, entre otras, que llegaron a realizar sus estudios en la Universidad Industrial de Santander, pues siempre llevaban, al principio el long play y en su momento el casete, debajo del brazo para animar cualquier ‘baile’.
Además, el despegar de grandes acordeoneros como Víctor ‘Rey’ Reyes, y Ramiro Colmenares, y así como de agrupaciones como Los Chiches del Vallenato, Los Embajadores, y Los Fantásticos, marcaron un antes y un después para lo que hoy en día representa el Vallenato para Bucaramanga.
El ‘Emperador’
Julio César Galvis se define a sí mismo como un hombre divertido y ‘chévere’. A sus 17 años comenzó a gustarle la radio.
Estudió sociología y fue amigo de Rafael Orozco y Patricia Teherán. Su nombre suena en decenas de canciones vallenatas, tantas que ya perdió la cuenta.
Es ‘Binomista’ y según él, Rafael e Israel representaron una gran escuela con el Bonomio de Oro.
“Me sorprende que los jóvenes conozcan sus canciones. Ellos lograron que el vallenato llegara al interior del país y Bucaramanga fue la primera ciudad en la que ‘pegaron’. Convirtieron el vallenato en un género para todos. Israel Romero era un gran acordeonista y Rafael Orozco muy buen cantante. Han pasado los años y siguen sonando en la radio, dejaron huella”.
Su gusto por el vallenato se remonta a la época cuando estaba joven. Recuerda que su padre llegaba con su grupo de amigos y una parranda a tocar al patio de la casa en Barrancabermeja.
“Cuando tenía 10 años escuché una canción de un hombre que le decía a su enamorada ’Anhelos tengo de verte vida mía, anhelos de sentirte cerca de mí…Es una canción de Alfredo Gutiérrez. Cada vez que nos vemos le pido que la interprete”.
Para Julio Cesar la mejor canción o la que más le gusta se llama Momentos de Amor, firmada por el médico Fernando Meneses Romero e interpretada por el Bonomio de Oro. “Es una historia escrita para una niña de Piedecuesta”, dice.
Pero dentro su top de canciones están también Mi Gran Amigo de Jorge Oñate, Gitana de Beto Zabaleta, La Consentida de Fabián Corrales, El Santo Cachón de Los Embajadores Vallenatos, Injusticia de Diomedez Díaz y Señora de Otto Serge.