Orlando Pelayo, el hombre que estaba cumpliendo una condena por secuestrar y asesinar a su propio hijo, Luis Santiago Lozano, un bebé de 11 meses, en 2008, murió este viernes.
Fuentes del Inpec le confirmaron a medios de comunicación que el hombre murió tras varios días de hospitalización en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Rosario Pumarejo López de Valledupar.
El hombre, al parecer, falleció por complicaciones de salud relacionadas con insuficiencia cardíaca, hipertensión y diabetes. Pelayo pagaba una condena de 58 años en la cárcel de La Tramacúa de la capital del departamento de Cesar.
La desaparición de Luis Santiago, el 24 de septiembre de 2008, conmocionó al país. Según la versión de sus padres, unos encapuchados habían ingresado a su hogar, en Chía, Cundinamarca, y se habían llevado al bebé de tan solo 11 meses de edad. El niño apareció muerto días después, el 26 de septiembre de 2008, en inmediaciones del cerro Cuatro Esquinas, entre los municipios de Tabio y Chía.
Quienes raptaron y mataron al menor de edad, lo metieron dentro de una bolsa y luego lo botaron. Según Medicina Legal, la causa de su deceso fue asfixia mecánica.
El 28 de septiembre de ese año, Pelayo fue capturado como presunto implicado en el rapto de su hijo. Confesó su participación e indicó que le pagó 500.000 pesos a su exnovia para que organizara el secuestro. Quiso que desaparecieran a su hijo para no tener que volver a responder por sus gastos mensuales.
Durante el tiempo que las autoridades buscaron al bebé, Orlando salió en los medios de comunicación, visiblemente afligido, a pedirle a las personas que le ayudaran a encontrar a su hijo.
Orlando Pelayo fue condenado a 58 años de prisión, mientras que las dos personas encargadas en ejecutar el secuestro y asesinato de Luis Santiago, Orlando Ovalle y Marta Garzón, fueron sentenciados a 27 años de prisión.
