La Primavera se encuentra en todo el casco antiguo de Floridablanca. De hecho está al costado oriente de la autopista que de Piedecuesta conduce a Bucaramanga.
Su nombre, dicen los habitantes, fue inspirado en los atardeceres y el brillo que produce el entorno.
Una ‘estación’ que desde el punto de vista meteorológico le da un clima templado; un gran vividero para sus residentes.
Desde hace 50 años se edificaron algunas viviendas del barrio, sobre un predio que desde los años 70 se fue poblando. Hoy son cerca de 900 las personas que residen allí.
Para Samuel Forero uno de los primeros habitantes de la zona, los terrenos se fueron poblando gracias al esfuerzo, que como él, hicieron los primeros ciudadanos.
“Con 40 mil pesos compré un lote aquí en este barrio. Vendí unas vacas que tenía, me prestaron otro dinero y con eso pagué el terreno. Luego logré construir poco a poco la vivienda y además ayudé para que el barrio saliera adelante. Me involucré como líder comunal y así comenzó a habitarse este lugar”, dice Forero, quien con 88 años de vida aún recuerda aquellos tiempos.
Es un sector tradicional del ‘Municipio Dulce’, cerca al parque. Cuenta con siete manzanas y un gran comercio a su alrededor.
Allí sus habitantes están cerca a la plaza de mercado de Floridablanca, los supermercados de tradición, el parque principal y la dirección de Tránsito del Municipio.
“Aquí se vive muy bien. Aún es un sector ‘pueblerino’, a pesar de su desarrollo urbanístico. Apartamentos que le dieron un cambio radical a la zona”.
“Muchas personas conservan sus raíces de vivir en pueblo y muchas de las casas son antiguas conservando esas tradiciones. Arquitectura y casas viejas aún perduran y los vecinos se conocen entre sí. Acá lo importante es la calidad humana”, comenta Raúl Andrés Jaimes Hernández, vicepresidente de la JAC del barrio La Primavera I etapa.
De Pesa a Primavera
Muchas personas aún conocen al barrio como La Pesa. Para muchos fue un adjetivo negativo por el tema de microtráfico, el matadero, olores fuertes y contaminación de la quebrada aranzoque.
“El barrio evolucionó a lo que era antes, había un ambiente muy pesado; eran las ‘ollas’ del casco urbano, con expendedores por todos lados, pero todo cambió”.
“Aún persiste el microtráfico que por muchos años perjudicó a la zona. Hoy las ‘ollas’ han desaparecido pero aún quedan personas rondando en este flagelo”, comenta Jaimes Hernández.
Otro de los problemas que aqueja a la comunidad es el espacio público, que afecta a los alrededores del barrio y a quienes caminan a diario.
Finalmente el barrio no tiene un espacio común. Un área como un parque, polideportivo o escenario acorde para hacer actividades.
El polideportivo, el único que tenía del casco antiguo de Floridablanca y del barrio, se acabó. ¿Qué pasó?
Según Raúl Andrés Jaimes, “teníamos un polideportivo hace algunos años. Hoy el barrio no cuenta con este escenario. “Se engañó a la comunidad. Se dijo que este espacio iba a ser para la construcción del salón comunal, en una zona verde que se tenía junto al polideportivo. La Alcaldía tomó posesión de ese predio justificando como ‘bien baldío’, lo licitó, vendió el predio y nos robaron. No tenemos un espacio común en el casco antiguo de Floridablanca”, puntualizó.
Esta urbanización ha crecido durante los últimos años y se ha convertido en un punto estratégico, pues no solo está rodeado de grandes barrios sino se destaca por sus costumbres y formas de vivir. “Aquí tenemos carpintería, floristería, taller de mecánica, zapatería, tiendas, micronegocios. Un tejido social para convivir juntos”.
“Nos rodea barrios como: Primavera II, San Francisco, Casco Antiguo, Altamira, Favuis y La Ronda”.
