Entre lágrimas y un dolor profundo fue despedido ayer, 30 de enero, el pequeño de 12 años que murió en la tarde del pasado sábado, en la piscina de un balneario ubicado en el kilómetro 1 en la vía que comunica al municipio de Cimitarra (Santander) con Puerto Berrío (Antioquia).
Lo que había sido programado como un plan de familia con ocasión de una visita de unos tíos del niño, que llegaron desde Bogotá, terminó convertido en tragedia. El deceso del menor se produjo, según familiares, mientras se bañaba en la piscina de un reconocido balneario y, cuando en medio de un aparente ataque de epilepsia, el menor cayó a la piscina y no volvió a salir.
“Ellos estaban felices compartiendo, de un lado a otro, para aquí y para acá, él sufría de ataques epilépticos y en un video pudimos apreciar que iba como ido y se fue hacia atrás de los demás niños”.
“De un momento a otro cayó a la piscina, se desplomó y no volvió a salir, pero la piscina no es muy honda, más o menos tiene 1.40 metros de profundidad. El cayó, se sumergió y no volvió a salir”, dijo un tío del menor.
Pocos después, familiares se percataron de la ausencia del niño y empezaron la desesperada búsqueda.
“Al momento en que se dieron cuenta de que el niño no salió del agua, empezaron la búsqueda en toda la piscina y luego ahí fue donde lo encontraron”, dijo el familiar.
En medio del desespero, familiares trasladaron al niño hasta el al Hospital San Juan de Cimitarra, en donde llegó sin signos vitales.
La víctima vivía con su abuela en la vereda la Jota de Cimitarra y este año ingresaría al grado sexto en la Institución Educativa de esta misma zona. Sus exequias se realizaron en la tarde de ayer.
Familiares aseguran que están a la espera del estudio de Medicina Legal para corroborar la causa de muerte del menor, mientras que las autoridades investigan los hechos y tratan de establecer si el lugar contaba con todos los requerimientos de ley para su funcionamiento.
