Se volvió famosa en redes sociales la frase “los 30 me están respirando en la nuca, Marce” (tomada, y ligeramente cambiada, de Betty La Fea y el personaje de la peliteñida que se quejaba de las deudas en vez de los treintas).
También muy común los memes de treintañeros que se lamentan de dolores físicos o las conversaciones entre amigos en las que adolecen no tener la energía de sus veintes, pero ¿sí le duele hoy más el cuerpo a esa generación?
Y no es que las generaciones anteriores no tuvieran estrés, siempre ha existido, como anota John Fredy Castro Álvarez, microbiólogo, docente y líder del grupo de Neurociencias y Envejecimiento de la Uniremington, pero ahora tenemos la posibilidad de ser diagnosticados por todo lo que el estrés genera en el cuerpo.
Castro trae el ejemplo de la fibromialgia, una afección que causa dolor en todo el cuerpo, problemas para dormir, fatiga y con frecuencia aflicción emocional y mental y de los que, como explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), no se conoce la causa precisa.
¿Dolores crónicos?
El doctor Amaya precisa que no es común este tipo de patologías en una persona de 30 años: “Un dolor crónico es aquel que dura más de tres a seis meses o se prolonga más allá de lo que se demora en resolver su causa de base, es decir, si una persona se fractura y cuando sana sigue con dolor, eso sí se consideraría dolor crónico”.
Y como eso no es común en un treintañero por eso se buscan otras causas en patologías mentales como ansiedad y depresión que se han visto muy relacionadas a los dolores crónicos.
La ventaja que se tiene hoy, según los especialistas consultados, es que ahora hay más información, muchas formas de encontrar la causa de dolores particulares que personas más jóvenes puedan sentir (incluso desde la genética) y una mayor consciencia de que lo mental juega un papel complementario en la salud física.
La respuesta, según Juan José Amaya, médico general de la Clínica CES, es que no se puede encasillar a todos los pacientes de entre 30 y 39 años con una patología particular, no todos padecen dolores que quizá generaciones anteriores no tuvieron, “pero sí vivimos hoy en una sociedad diferente en la que estos adultos están sometidos a más estrés y situaciones difíciles y quizá eso hace que puedan ser más propensos a enfermedades mentales y otras que pueden causar más síntomas”.
Por otro lado no se puede desconocer que cada generación ha tenido sus propias luchas y dolencias. El microbiólogo anota que el sistema inmune de una persona de 30 años hoy es muy diferente al de una persona de 30 años en el siglo pasado y el de ahora se enfrenta a menos retos gracias a un mejor sistema sanitario, agua potable o mejor atención en salud, y que el sistema inmune esté menos ocupado, según algunas hipótesis, genera la posibilidad de que aumenten posibilidades de enfermedades autoinmunes en personas muy jóvenes. Un asunto que a la fecha se sigue estudiando.
Concluye Amaya que aunque hoy en día no hay una guía de cada cuánto una persona entre 30 a 39 años debe hacerse un chequeo médico de manera preventiva, hay programas en los centros de salud y algunas EPS que trabajan en consultas del joven sano o del adulto sano para brindar intervenciones que permitan detectar a tiempo signos y síntomas de distintas enfermedades y así lograr disminuir riesgos.
Y si actualmente es un treintañero que presenta un fuerte dolor en alguna parte de su cuerpo, e incluso si es más joven o más viejo, no le eche la culpa a la edad y vaya al médico para averiguar la causa (física y mental de su dolor) y recuerde que lo último que debe hacer es automedicarse.