El frío aire de la mañana se cuela entre los barrotes. Un vehículo oficial se detiene frente a la imponente entrada de la cárcel de mujeres El Buen Pastor en Bogotá. Las puertas metálicas rechinan al abrirse, anunciando la llegada de una reclusa que no pasará desapercibida: Daneidy Barrera Rojas, conocida por todos como ‘Epa Colombia’. Allí, entre muros que guardan historias de redención y oscuridad, deberá cumplir una condena de cinco años y dos meses.
La sentencia, ratificada por la Corte Suprema en un audiencia que se realizó este miércoles 29 de enero a las 8:00 a.m., es un eco de los hechos ocurridos en 2019. Aquel año, impulsada por una mezcla de furia y descontento, Barrera protagonizó un acto vandálico contra una estación de TransMilenio. Las cámaras de su propio celular, antes aliadas de su fama, la grabaron en el momento que definiría su destino. Los cargos fueron implacables: perturbación al servicio público, instigación a delinquir y daño en bien ajeno.
Horas antes, en una de sus peluquerías, un equipo de agentes se presentó sin previo aviso. Los clientes miraban atónitos cómo la influencer era escoltada fuera del lugar. Desde allí, fue trasladada al búnker de la Fiscalía, un lugar donde los minutos se vuelven eternos y el eco de los pasos resuena como recordatorio de la realidad.
Ahora, al cruzar los pasillos del Buen Pastor, se enfrentará a un nuevo escenario. Lo irónico es que, en 2022, ella misma visitó esta cárcel para donar productos capilares a las internas. “Les traje keratinas, para que nunca dejen de sentirse bonitas,” les había dicho con una sonrisa. Hoy, aquellas mismas reclusas serán sus compañeras, testigos de los días grises que se avecinan.
¿Qué pasará con la hija de Epa Colombia?
Las puertas de hierro de la cárcel El Buen Pastor se cierran con un estruendo, dejando a Daneidy Barrera Rojas, ‘Epa Colombia’, del otro lado. Pero en otro rincón de Bogotá, una historia diferente empieza a escribirse. Daphne Samara, su hija de apenas nueve meses, se ha convertido en el centro de un drama familiar y legal cargado de incertidumbre.
Tras la captura de Barrera, la niña quedó bajo el cuidado de su abuela materna. Las paredes del hogar ahora protegen a la pequeña, pero el vacío es palpable. El abogado de Barrera, Ómar Ocampo, alza la voz con preocupación: “Se ha roto el vínculo más importante para un bebé de esta edad. Ha perdido la lactancia y el cuidado diario de su madre. Sus derechos están siendo vulnerados”. Las palabras resuenan con el eco de un reloj que corre en contra del tiempo.
Lo que pocos recuerdan es que esta historia tiene capítulos anteriores. En octubre de 2024, tras una separación complicada entre Barrera y su pareja, Karol Samantha, la custodia de Daphne fue motivo de tensión. “Por mi hija, me hago matar”, dijo entonces ‘Epa Colombia’, prometiendo que nunca la dejaría. Sin embargo, la situación legal la ha dejado sin opción. La niña ha quedado en manos de sus abuelos y familiares, mientras el futuro sigue siendo un enigma.
Ahora, el abogado Ocampo busca que el Estado intervenga para proteger a Daphne. En las sombras de los tribunales, se evalúan posibles medidas que podrían aliviar esta separación. ¿Prisión domiciliaria? ¿Un beneficio legal para acortar la pena? Cada posibilidad es discutida mientras la niña crece sin comprender el torbellino que la envuelve.
