Mar Urista, la influencer fitness de 24 años originaria de Nuevo León, México, compartió con sus seguidores el dolor y la angustia que ha sufrido desde que un video íntimo fuera filtrado sin su consentimiento. La joven, quien acumula 1.4 millones de seguidores en Instagram y 1.5 millones en TikTok, denunció públicamente el acoso que ha recibido tras la difusión del material.
En un mensaje emocional dirigido a sus seguidores, Urista reveló que el video fue publicado por una expareja que había prometido eliminar todo el material íntimo tras su ruptura. Aunque no reveló la identidad de su exnovio, la influencer señaló que la filtración fue un acto de violencia durante su relación tóxica, lo que ha tenido un gran impacto emocional en su vida.
El impacto de la filtración ha sido devastador para la salud mental de Urista, quien decidió hacer una pausa en sus plataformas digitales para proteger su bienestar. Antes de tomar la decisión reveló toda la situación que atraviesa, a través de un comunicado. Aunque no mencionó el nombre de su expareja, las descripciones de la relación han llevado a especulaciones entre sus seguidores, muchos de los cuales han señalado a Andrés Cantú, un creador de contenido fitness y exnovio de Mar Urista, como el posible responsable.
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¿Quién es el exnovio de Mar Urista?
Andrés Cantú, de 27 años, es conocido por su presencia en redes sociales, donde cuenta con más de 30.3 mil seguidores en Instagram y 15 mil en TikTok. La relación entre Andrés Cantú y Mar Urista data de 2020, un período en el que, según Mar Urista, sufrió abuso físico y psicológico. Durante ese tiempo, Andrés Cantú compartía fotos con Mar Urista en sus redes sociales, incluso recibían mensajes de felicitaciones por parte de los seguidores.
Mar Urista manifestó su preocupación por el daño emocional que la filtración ha causado y ha instado a sus seguidores a no difundir el video, recordando que compartirlo es un acto ilegal. Su decisión de retirarse temporalmente de las redes sociales subraya la gravedad de la situación y su necesidad de enfocarse en su bienestar.
Este caso ha desatado un debate sobre la privacidad y el respeto en la era digital, resaltando las graves consecuencias de la divulgación no consensuada de material íntimo.
