Fabio Camilo Jaramillo Contreras es un médico piedecuestano, epidemiólogo, experto en terapia de regeneración celular y director de brigadas médicas en África, Centroamérica y en gran parte de Colombia, que actualmente trabaja en un tratamiento contra la COVID-19.
Durante el desarrollo de la pandemia, el 16 de septiembre de 2020, él afirmó que radicó ante el Invima una ‘microvacuna’ contra la COVID-19, que no es otra cosa que “anticuerpos extraídos de plasma de personas recuperadas de coronavirus que serían aplicados en forma concentrada a enfermos leves, severos y críticos”.
Tras la radicación del proyecto, el médico santandereano aseguró que “el Invima tenía que analizar el proyecto y debía enviar una carta con los requerimientos y exigencias para iniciar la fase de campo que duraría cerca de 45 días. Sin embargo, es la fecha y ese permiso no ha llegado aún”.
¿Se probó la microvacuna?
Según respondió el galeno, “la Universidad del Rosario realizó pruebas a la ‘microvacuna’ y esta demostró una efectividad del 80%. El uso de plasma de convalecientes es una alternativa para evitar que los pacientes evolucionen de una unidad hospitalaria a una UCI y evitar que los que están hospitalizados en casa lleguen a colapsar el sistema sanitario”.
El médico piedecuestano aseguró que, en un principio, cerca de 25 profesionales con especializaciones en inmunología, virología y otras áreas de la medicina se unieron a la investigación y a la fecha van más de 40 especialistas nacionales e internacionales que se han sumado a esta causa.
Aseveró que “lo que hoy se busca es generar un protocolo replicable en cualquier país para que quienes estén sanos se apliquen las vacunas disponibles, pero quienes se hayan infectado puedan tener acceso a los anticuerpos contenidos en la ‘microvacuna’ que estamos desarrollando”.
Paso siguiente, quienes hayan recibido la ‘microvacuna’ y hayan evolucionado de manera satisfactoria, según este santandereano, “deben seguir unos protocolos de alimentación, de nutrición y de administración de unos medicamentos con nano y biotecnología para que esos anticuerpos que fueron generados se potencialicen”.
“Hicimos alianzas científicas con el laboratorio Farvet de Perú, que lleva más de 30 años trabajando vacunas, y la Universidad Cayetano Heredia para desarrollar un laboratorio que pueda producir la ‘microvacuna’ para los seres humanos”.
De igual forma, el científico trabaja con empresarios de Ecuador para generar los protocolos para que en ese país también puedan producirse y aplicarse los anticuerpos de personas recuperadas a través de la ‘microvacuna’.
Incluso hay empresarios de Medio Oriente interesados en la financiación de un laboratorio en Paracas, Perú, en el que se invertirían 700 millones de dólares y que estaría listo en cerca de 60 meses. En él se trabajaría en la ‘microvacuna’ y también en medicinas contra el cáncer y otras enfermedades.
Este tratamiento fue denominado como Microvac 19 y el doctor Fabio Jaramillo anunció que aunque se desarrolle en otro país, estará disponible para Bucaramanga y Santander cuando esté listo para ser comercializado.
Además de ser el impulsor de este tratamiento, el médico piedecuestano también es el encargado de negociar la vacuna Sputnik-5, de fabricación rusa, para Perú, Ecuador, México y otros países de Latinoamérica.