La primera final de la Superliga entre Millonarios y Junior de Barranquilla no solo dejó el marcador 1-0 a favor de los locales, sino también una situación emotiva protagonizada por el entrenador Alberto Gamero y el joven canterano Yuber Quiñones.
En el minuto 70 del partido, Alberto Gamero decidió enviar al campo a Quiñones, un jugador de las fuerzas básicas, en un intento por cambiar el rumbo del encuentro. Sin embargo, cinco minutos después, Quiñones cometió una falta imprudente que resultó en un penal a favor de Junior y en el único gol del juego, ejecutado por Carlos Bacca.
Ante la posibilidad de que Quiñones pudiera cometer otro error, Alberto Gamero tomó la decisión de sustituirlo, retirándolo del campo. Visiblemente afectado y triste, Quiñones salió llorando mientras Gamero intentaba consolarlo y explicarle la situación.
En una rueda de prensa posterior al partido, Alberto Gamero compartió las razones detrás de la emotiva sustitución, revelando el aspecto emocional del momento: «Esto pasa en el fútbol, esto es una final y en una final primero es Millonarios. Cuando él entró, por ahí nos estaban entrando, por ese costado entró mucho Junior y cuando anulan el (segundo) penal veo que era mejor defendernos que atacar por ahí». Gamero también destacó que la decisión fue tomada para proteger al joven jugador.
Yuber Quiñones, a través de redes sociales, emitió un mensaje de disculpas a la hinchada y sus compañeros: «Solo puedo pedir disculpas a toda la hinchada y mis compañeros. Aprender de los errores, corregir y levantar cabeza. Dios sabe por qué hace las cosas y no puedo reprochar nada, seguir trabajando y haciendo las cosas bien. Gracias por el apoyo».
La situación destaca la presión y las emociones intensas en una final, así como la dificultad que enfrentan los jóvenes jugadores en estos encuentros cruciales. La conexión emocional entre el entrenador y el jugador dejó una impresión duradera en la comunidad futbolística, resaltando la humanidad en medio de la competencia./Con información de redes sociales.