Fue temprano, pocos minutos antes de las 7:00 a.m. cuando el sonido de los disparos los dejó a todos atónitos.
“¡Mataron a Chiry, lo mataron!”. Corrió la voz de alarma y consternación. No fue difícil cerciorarse de ellos en las angostas calles.
Fabio Andrés Gómez Ciro, de 33 años, a quien le decían ‘Chiry’ quedó con la cabeza horadada a bala.
Sus ‘verdugos’, según dijeron algunos testigos, fueron dos sujetos que llegaron en moto y de frente jalaron el gatillo sin reparo.
“Se aseguraron de rematarlo”, decían mientras funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía hacían la inspección del cadáver.
Ocurrió cerca a su casa en una calle ciega, “estaba fumando, se la pasaba siempre por ahí metiendo vicio”, dijo un conocido.
Gómez, según las autoridades, tiene anotaciones judiciales por hurto, tráfico de estupefacientes y suministro a menor.
Estos serían indicios para esclarecer los móviles del asesinato, más no una justificación.
Desde hacía 10 años ‘Chiry’ vivía con su esposa y sus tres hijos -aún menores de edad- en La Fe, en los alrededores del barrio Minas del Paraíso.
“Estaba reseñado”
Los familiares de Gómez Ciro lloraban amargamente el trágico deceso. Aún sumidos en el dolor parecían ‘reconocer’ que sus malos pasos lo llevaron a estas terribles consecuencias.
“Se la pasaba en la calle, metido en cosas que no eran”, fue la única declaración que dieron.
Insistieron en que no tienen idea si tenía amenazas o había participado de peleas recientes que fueran ‘motivo’ para matarlo.
Algunas personas del sector señalaron de manera discreta a un alias “Cirel” de haber asesinar a Fabio.
Habitantes de la zona hablaron de ajustes de cuentas, “la saña del microtráfico se paga con sangre”, comentaban. ¡Qué horror!
