El asesinato de Jessica, una niña de tan solo 3 años de edad, ha estremecido a Portugal, luego de que la investigación apuntara a que la pequeña fue víctima de secuestro y tortura por una deuda de 400 euros ($1.747.362 pesos colombianos) de su mamá por unos “servicios de brujería”.
La menor de edad alcanzó a ser ingresada en estado grave al hospital, pero lamentablemente los médicos no lograron salvarla.
La autopsia que le practicaron al cuerpo de la menor reveló terribles signos de tortura, además de hematomas visibles por todo el cuerpo y cabellos arrancados.
La Policía encargada de la investigación detuvo a tres personas: una mujer de 50 años, su esposo de 52, y la hija de ambos, de 27 años de edad.
La pareja está acusada de homicidio calificado y su hija de negación de auxilio por no denunciar ni avisar a urgencias.
Las investigaciones también arrojan que la madre de Jessica habría acudido a una mujer identificada como Ana Cristina para que le hiciera un “trabajo de brujería” hacia el padrastro de la menor.
Al parecer, la progenitora adquirió una deuda de 400 euros ($1.747.362 pesos colombianos), razón por la que la presunta asesina decidió secuestrar a la pequeña y retenerla durante cinco días, tiempo en que la golpeó vilmente hasta hacerla entrar en un cuadro agónico.
Según medios locales, la madre de la pequeña niña mintió durante el secuestro y dijo que su hija se encontraba de vacaciones para evitar que los servicios sociales le quitarán la custodia.
La situación de la niña ya había sido investigada por la Comisión de Protección de Niños y Jóvenes lusa que, sin embargo, archivó el caso a principios de junio por considerar que estaba protegida en el seno familiar.
“Es algo que choca a todos” y obliga a “investigar los fallos en el sistema para que puedan ser corregidos”, admitió la ministra de Presidencia, Mariana Vieira da Silva.
