Jason Holton, reconocido como el hombre más gordo de Gran Bretaña, ha fallecido a la edad de 33 años debido a una insuficiencia orgánica. Con un peso estimado de alrededor de 317 kg, su traslado al Hospital Royal Surrey County requirió la asistencia de seis bomberos.
Holton, quien había estado confinado en su casa durante ocho años debido a su peso, comenzó a experimentar problemas de salud graves en los últimos años. Su lucha contra la obesidad comenzó en la adolescencia, como una forma de enfrentar el duelo por la pérdida de su padre, llegando a consumir unas 10.000 calorías diarias.
El trágico desenlace ocurrió apenas una semana antes de su cumpleaños número 34, según informaron sus familiares. Holton había sido sacado de su apartamento en 2020 mediante una grúa para ser llevado al hospital después de que sus órganos comenzaron a fallar, un evento que él mismo describió como “el momento más devastador” de su vida.
En sus últimos años, Holton vivía postrado en una cama en un bungalow municipal hecho a medida y equipado con muebles especialmente reforzados. Su causa de muerte fue atribuida a la insuficiencia orgánica y la obesidad, según el informe del forense.
Jason Holton, conocido como el hombre más obeso de Gran Bretaña, nació en el pequeño pueblo de Camberly, ubicado a unos cuantos kilómetros de Londres. Durante su vida, compartió un hogar con su madre, Leisa, en una casa especialmente adaptada para soportar su peso de más de 500 kilos.
Su lucha contra la obesidad comenzó en la adolescencia, después de la trágica pérdida de su padre. Este trauma, junto con el bullying que sufría en el colegio, desencadenaron una obsesión compulsiva por la comida. Según su madre, Jason consumía unas 10 mil calorías al día y gastaba anualmente más de 10 mil libras en comida chatarra.
En 2015, Jason alcanzó el título del hombre más obeso de Gran Bretaña. Su lucha contra el peso fue ampliamente documentada, y los informes médicos indicaban que Holton superaba los 300 kilos. Los desafíos de salud asociados con su obesidad eran evidentes.
En 2020, Jason tuvo que ser rescatado de su apartamento por una grúa debido al fallo de sus órganos. Durante los últimos años, había perdido la capacidad para caminar y se encontraba confinado a una cama en un bungalow municipal especialmente adaptado, equipado con muebles reforzados para su comodidad.
El fallecimiento de Jason Holton a los 33 años, debido a una insuficiencia orgánica, ha dejado un vacío en la comunidad y ha puesto de relieve los desafíos que enfrentan las personas con obesidad extrema. Su historia sirve como un recordatorio de la necesidad de una mayor conciencia y apoyo para abordar esta problemática de salud pública.
